Opinión

Prepararnos hoy para afrontar los retos de mañana

  • La Formación Profesional para el Empleo, herramienta clave del futuro
Urge un sistema formativo que acompañe a las personas a lo largo de toda su vida profesional.

Es frecuente leer que un porcentaje muy alto de nuestros escolares trabajarán en profesiones que aún no existen. Menos frecuente, pero no menos cierto, es escuchar que muchas de las profesiones presentes cambiarán radicalmente o desaparecerán en un futuro. Esta incertidumbre laboral es uno de los principales retos que tendrá que afrontar nuestra sociedad.

El cambio es una constante de la historia, pero hoy lo más significativo es el ritmo y la aceleración a los que producen los cambios. La pandemia ha generado un espacio de reflexión sobre cómo podemos estar mejor preparados para afrontar el cambio, cómo podemos anticiparnos e incluso nos ha animado a plantearnos cómo podemos cambiar para transitar hacia un futuro más deseable.

Se habla de transformar nuestro sistema productivo, de plantear un nuevo modelo económico. Un escenario futuro hacia el que caminaremos impulsados por la digitalización, la transición ecológica y la reindustrialización. Será un esfuerzo social y económico que requerirá de la colaboración de diversos actores, públicos y privados.

En este trayecto, la educación y la formación jugarán un papel fundamental. No solo será necesario dotar a la juventud de hoy de las herramientas necesarias para afrontar el mañana, sino también ayudar a las personas trabajadoras a adquirir nuevas habilidades que les permitan participar en la transformación de nuestro sistema productivo y garantizar que en este camino hacia el futuro no haya rezagados.

Importancia de la FPE

Contamos con una herramienta fundamental para poder afrontar este reto: la Formación Profesional para el Empleo (FPE). El sistema de Formación Profesional para el Empleo cumple un papel imprescindible en nuestro mercado laboral: contribuye al desarrollo personal y profesional de las personas trabajadoras, ya estén en activo o desempleadas. De esta manera, mejora las habilidades y capacidades de las personas trabajadoras, al tiempo que refuerza la competitividad empresarial.

La FPE es un elemento clave en la modernización y dinamización de la formación profesional y del mercado laboral. Será por tanto uno de los ejes vertebradores de este nuevo modelo económico y uno de los pilares de la transformación de nuestro sistema productivo. Juega así mismo un papel clave en el mantenimiento de la empleabilidad de las personas trabajadoras y en el desarrollo de su capacidad de adaptación ante cambios en el mercado de trabajo.

Para responder a esta exigente demanda social y afrontar los retos que se le presentan, la FPE, junto con los otros instrumentos de nuestro sistema formativo y educativo, deberá someterse ella misma a un proceso de transformación y modernización que le permitan adaptarse a las nuevas tendencias marcadas por la digitalización, la transición ecológica y la reindustrialización.

Políticas activas de empleo

El Ministerio de Trabajo es muy consciente de esta necesaria transformación y en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado ante Bruselas se incluye, a través de las políticas activas de empleo, la adquisición de nuevas competencias para la transformación digital, verde y productiva como una reforma necesaria. Se plantea también en este Plan la ineludible modernización de las políticas activas de empleo, en las que se configuren trayectorias individualizadas de orientación para el empleo y de las que la FPE debe ser parte integral.

La FPE ha dependido tradicionalmente del Ministerio de Trabajo, aunque integrada en un modelo único de Formación Profesional, pero con la intención de lograr una mayor cohesión entre la Formación Profesional para el Empleo y la Formación Profesional del Sistema Educativo, en mayo de 2020 parte de las competencias sobre la FPE pasaron al Ministerio de Educación y Formación Profesional. Este ministerio se ha embarcado en un ambicioso plan de modernización e impulso de la Formación Profesional, del cual la recién presentada "Alianza por la Formación Profesional: una estrategia país" es el último paso destinado a la transformación a gran escala del sector.

Son pasos importantes que no deben hacernos olvidar esa doble vinculación de la formación profesional para el empleo: formando parte integral de un modelo educativo y formativo único y, a la vez, estrechamente vinculada a la política activa de empleo y a las estrategia de formación y reciclaje permanente de las personas ocupadas.

Desde la Fundación para la Calidad e Innovación de la Formación y el Empleo tenemos la voluntad de colaborar con ambos ministerios en este viaje y la convicción de que a través de la colaboración y la integración, este proceso de transformación generará un sistema formativo que acompañará a las personas a lo largo de su trayectoria profesional, facilitando su actualización continua, garantizando la empleabilidad y la justicia intergeneracional y contribuyendo a sentar las bases de un nuevo modelo productivo, sólido, justo y sostenible.

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