
Tras dar por completamente perdidas las campañas de invierno y primavera, el sector turístico español cifra todas sus esperanzas en el ya inminente verano. El avance de la campaña de vacunación y la entrada en vigor del pasaporte sanitario (que se presentará en el recién inaugurado Fitur 2021) son capaces de alimentar el optimismo.
Con todo, sería prematuro dar la batalla por ganada, cuando está pendiente de recorrerse "la última milla de la pandemia", en palabras del presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, durante su entrevista con elEconomista. La actitud de Reino Unido, al seguir desaconsejando los viajes de ocio a España evidencia que la reapertura de fronteras no es por sí sola la panacea. Nuestro país aún deberá ofrecer más garantías, en cuanto a sus avances hacia la inmunidad de rebaño, para no perder, por segundo año consecutivo, un mercado emisor de turistas tan importante como el británico. Dentro del territorio español, también se plantean problemas de calado. El sector aún se ve obligado a reivindicar unas ayudas directas que, transcurrido más de un año desde el inicio de la crisis, han quedado muy lejos de la cuantía que la importancia del turismo en el PIB de nuestro país exige. No hay indicio alguno de que el Gobierno trabaje en un nuevo plan de transferencias de este tipo, como Escarrer pone de manifiesto.
La falta de ayudas directas o los vetos parciales a los viajes a España, como el británico, aún plantean obstáculos al sector
Al contrario, el Ejecutivo amenaza con nuevas trabas para esta actividad a través de medidas como las restricciones a los contratos temporales, imprescindibles en un ámbito donde la estacionalidad resulta inevitable. En circunstancias así, la reactivación real del turismo y, junto a él, la recuperación económica de España en su conjunto, aún será difícil.