La exposición de la gran banca española a las pymes crece en tan sólo un año un 9% hasta sumar 280.000 millones, casi el 15% de su cartera de créditos. Cifras como éstas evidencian hasta qué punto las entidades se situaron en primera línea para ayudar al sector más damnificado por la crisis.
Esa alta exposición de la banca no supone aún problemas, gracias a las medidas como las moratorias en los pagos crediticios y la morosidad se mantiene en niveles bajos. Sin embargo, como el propio sector financiero avisa, evitar que ese riesgo se materialice exige ahora la concesión de ayudas directas a las pymes. Y las perspectivas son poco halagüeñas a este respecto. La cuantía recientemente aprobada (7.000 millones) no sólo es escasa, además, su reparto aún se demorará hasta el verano.
