El Plan Anual de la Agencia Tributaria aumenta el control sobre las operaciones con criptomonedas al obligar a incluirlas en la declaración de bienes en el extranjero.
Es sabido que este último protocolo, llamado Modelo 720, necesita importantes correcciones por el carácter abusivo de sus sanciones. Pero, una vez corregidas esas deficiencias (como manda la UE), lo que no puede discutirse es la necesidad de someter a una mayor supervisión al Bitcoin y a las demás monedas virtuales. La entusiasta adhesión que reciben en determinados círculos de inversores no impide reconocer que su operativa sigue dominada por una opacidad que fomenta el fraude fiscal y la financiación de otros delitos. Su control resulta así ineludible.