
Los consumidores españoles contarán con nuevas tarifas eléctricas a partir, según todos los visos, de abril. La reforma implica avances indudables en términos de transparencia y en cuanto a su capacidad de decisión.
Así, podrán contratar varias potencias (una opción muy útil para la futura implantación del coche eléctrico) y habrá más facilidades para aprovechar más las franjas horarias de las tarifas (las horas punta, llano y valle). Se trata de pasos en la buena dirección que sin embargo no pueden tener influencia en los abruptos vaivenes que sufre el precio de la luz. Tales movimientos son inevitables en la medida en que, como en todo mercado, es el juego de la oferta y la demanda el que determina esa evolución.