Opinión

Recuperación cada vez más difícil

La vicepresidenta Nadia Calviño

El PIB español mostró un fuerte repunte, del 16,7%, en el pasado trimestre. Se trata de un incremento de gran envergadura, comparado con las caídas del 5,2% y el 17,8% sufridas, respectivamente, en el primer y el segundo trimestre de este año.

 Conviene, sin embargo, moderar el optimismo, porque nada hay en ese dato que permita hablar de un punto de inflexión en la crisis. El avance del PIB entre julio y septiembre era previsible, considerando que ése fue el periodo en el que se concentraron los efectos de la desescalada. Pero ni siquiera el final de confinamiento consiguió compensar todo el daño que provocó la parálisis de la actividad. Aún hay un 40% de la caída del PIB acumulada en el primer semestre pendiente de compensarse. A ello se suma la constatación de que el final de 2020 será mucho más duro de lo esperado. El año termina sin que exista aún una vacuna y sin que haya habido que esperar al invierno para que el Covid rebrote con virulencia, especialmente, en Europa. El mismo Ministerio de Economía reconoce el incremento de la incertidumbre y los riesgos que existen para su previsión de que el PIB avance un 4% en el último trimestre de 2020. Ahora bien, son especialmente sus pronósticos para 2021, sobre los que se basan los nuevos Presupuestos, los que están en tela de juicio. Una reactivación de la actividad que impulse la recaudación un 13% en ese ejercicio se antoja ilusoria. Aún más lejana parece la posibilidad de un crecimiento económico (sumando las ayudas europeas) del 10% el año que viene.

El avance del PIB en el tercer trimestre en nada cambia las malas expectativas sobre la evolución de la crisis

La recuperación en V que el Ejecutivo ya prometía en mayo pasado presenta visos de que, en realidad, será una etapa de parón del PIB o, en el peor de los casos, de una nueva recesión.

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