
Los cambios profundos en nuestra sociedad impulsados entre otros factores por la conectividad, han traído nuevas formas de vivir, de pensar, de decidir y de consumir. El sentido de la propiedad pierde fuelle y deja paso al disfrute y la disponibilidad sin limitaciones de productos y servicios.
La tecnología ha permitido globalizar, popularizar y promover una nueva tendencia en el mundo de los negocios que aúna la Teoría Económica de la Innovación (acuñado por Joseph Schumpeter en 1942) con los modelos de negocio basados en la suscripción. Estos se caracterizan por la obtención de ingresos recurrentes por el uso o consumo de un servicio o producto.
Los usuarios solo pagan y son fieles a las marcas que les ofrecen una experiencia mejor
Es lo que llamamos Subscronomics, que se está revelando como la alternativa más idónea para surfear las aguas de la transformación digital y socio-económica, y en la que es clave contar con la tecnología orientada al suscriptor y a la conversión.
La suscripción no es un modelo nuevo, pero la innovación tecnológica lo ha impulsado a otro nivel, en el que los negocios se transforman en globales y escalables. Por eso todos miran hoy hacia la nueva economía de la suscripción.
El valor empresarial de la suscripción
Las empresas con modelos de suscripción tienen ingresos recurrentes, lo que facilita las previsiones de los equipos financieros. Esto cobra la máxima relevancia en el momento actual, con un nivel de incertidumbre que pone a prueba la resistencia y resiliencia de cualquier tipo de negocio y sus finanzas.
Los usuarios están dispuestos a pagar y a ser fieles a las marcas que les ofrezcan una experiencia mejor y cubran sus expectativas de servicio con, por ejemplo, descuentos exclusivos o contenidos personalizados.
Este nuevo modelo reduce las decisiones de compra a un único momento de compromiso. La adquisición del cliente es quizás más costosa pero más rentable.
La economía de la suscripción es una tendencia real y con una alta aceptación por parte de los usuarios. Creo que no es descabellado pensar que los nuevos negocios que surjan en estos tiempos revueltos llevarán la suscripción en su ADN (o deberían).
Contamos con la tecnología necesaria para gestionar con éxito el modelo. El reto es la estrategia y la fortaleza de la relación que las marcas sean capaces de establecer con sus suscriptores. La riqueza se mide ahora de forma diferente porque el número de clientes o usuarios es importante, pero el número de clientes o usuarios fieles y recurrentes, lo es mucho más. Subscronomics no distingue de sectores. Entra con fuerza en industrias como automoción, aerolíneas o alimentación, y se consolida como un modelo global para la economía que viene. Bienvenidos.