
El Gobierno ultima una estrategia específica para que el autoconsumo eléctrico alcance un mayor desarrollo en España.
Debe valorarse que esa hoja ruta, además de fijar plazos y protocolos, aborde el problema de las trabas normativas que la producción individualizada de energía, para el propio abastecimiento de hogares y empresas, aún encuentra en nuestro país. La reducción de los costes de suministro constituye la ventaja principal del autoconsumo, pero se revela irrealizable si la ley sigue imponiendo unos altos costes fijos para la factura eléctrica. La reducción de esas cargas al entorno del 25% es coherente con las políticas que aplican otros países europeos en este ámbito, y con las expectativas depositadas en esta forma de producir energía.