
La regulación sobre declaraciones fiscales de bienes en el extranjero (el modelo 720) sigue topándose con problemas judiciales. En la UE, sus flagrantes abusos (en cuanto a la cuantía de las multas y la retroactividad total de la que se benefician) ya han sido planteados por la Comisión ante el Tribunal de la UE.
Pero también en España, el mes pasado, se presentaron tres recursos de casación ante el Supremo. Sin embargo, ninguna de estas acciones sirve para que la aplicación del modelo 720 se anule. La situación no sólo crea indefensión en el contribuyente. Además, amenaza con elevar aún más las devoluciones que, casi con toda seguridad, el Estado tendrá que pagar cuando el Tribunal de la UE falle contra esta figura tributaria.