
Trabajo vuelve a tensar sus negociaciones con los agentes sociales, en lo que respecta a la vigencia de los Ertes por fuerza mayor. El Ministerio se muestra inflexible en su directriz de que esos expedientes se prorroguen hasta septiembre, siempre que se rebajen las bonificaciones en los pagos a la Seguridad Social a los que dan derecho.
Trabajo amenaza incluso con legislar directamente en este capítulo si no hay acuerdo. Su falta de sensibilidad hacia las patronales, e incluso hacia el sindicato UGT, resulta clamorosa. La gran ayuda que las empresas obtienen de los Ertes de fuerza mayor estriba en aliviar el pago de unas cuotas muy onerosas en tiempos de crisis como el actual. Privarles de ese recurso hace imposible que mantengan su actividad y el empleo.