Opinión

La preparación para salir a Bolsa como arma de las pymes contra el Covid-19

La profesionalización que las pymes necesitan para saltar al parqué es útil a la hora de superar la crisis

La crisis económica derivada de la expansión del coronavirus ha trastocado los planes de numerosas empresas que se estaban preparando para salir a Bolsa en la primera mitad de 2020. Estas firmas, que habían desarrollado planes de crecimiento que pasaban por empezar a cotizar en el corto plazo en mercados de capitales, se han encontrado inesperadamente con que el fin para el que se estaban preparando se ha desvanecido temporalmente y que es complicado vislumbrar cuándo se podrá llevar a cabo el salto al parqué antes de que finalice el año.

Sin embargo, el desvanecimiento del objetivo final para el que se estaban preparando no implica en absoluto que todo el trabajo realizado hasta hora no dé frutos positivos para capear la coyuntura actual, que ha impactado de manera especialmente severa en las pequeñas y medianas compañías. En muchos casos, estas compañías han pasado de verse preparándose para salir a Bolsa a no tener asegurada su continuidad operativa. Este escenario ha planteado una prueba de fuego mucho más certera para aplicar lo aprendido en el proceso de salir a Bolsa y poder hacer frente a la situación actual con una gestión reforzada y con una mayor cultura financiera. Estas pymes habían puesto en marcha un proceso de mejora de diligencias operativas y de definición del equity story de la entidad que ayudase a mejorar la propuesta de valor de cara a futuros inversores, así como el refuerzo en la captación de talento con figuras clave, como las del CFO y consejeros independientes. Todas están medidas han situado a las compañías en una posición privilegiada para sobrevivir en un entorno en el que sus prioridades pasan por asegurar las líneas de liquidez, la capacidad operativa y la adaptación a las circunstancias imperantes en cada momento.

Las empresas deben construir unos negocios sólidos y profesionalizados

Todo este proceso también ha dotado a las compañías de una mayor profundidad a la hora de entender factores regulatorios y de disciplina de gestión que les permitan llevar a cabo una adaptación estratégica enfocada al corto y medio plazo, así como con horizontes más lejanos. El refuerzo de la narrativa propia de la empresa y su visión estratégica es fundamental para entender el impacto que una crisis como la actual puede tener en el negocio.

Esta preparación se enmarca en los programas de educación financiera disponibles para las pymes que se plantean acudir a los mercados de renta variable y que están diseñados específicamente para fortalecer la cultura financiera y de gobierno corporativo. Este aprendizaje es crucial en épocas de bonanza económica, pero también lo es en situaciones de crisis como la actual, por lo que no conviene dejar escapar la oportunidad de participar en estas iniciativas formativas para reforzar las estructuras de la compañía con las lecciones aprendidas.

Uno de los aspectos más importantes de los programas de preparación para salir a Bolsa es el asesoramiento que ofrecen las compañías líderes de sus respectivos sectores. La guía que han ofrecido las grandes compañías a las firmas que se encuentran en una fase más temprana de desarrollo también ha resultado de gran ayuda en una situación como la actual, en la que las barreras logísticas surgidas del aislamiento decretado para controlar a la pandemia han impedido que se materialicen las salidas a Bolsa programadas para esta primavera.

No se sabe si las salidas a Bolsa se podrán llevar a cabo en el corto o medio plazo, pero lo que está claro es que los mercados de capitales van a seguir ofreciendo soluciones de financiación para impulsar los planes de crecimiento de las pymes en un escenario en el que será todavía más importante diversificar las fuentes a través de las que se obtienen recursos financieros.

De hecho, el agotamiento de los canales de financiación tradicionales va a hacer que otras soluciones, como es el caso de los mercados alternativos de renta variable, tengan un peso todavía mayor en la recuperación que está por venir. En esta tarea, es crítico que las compañías trabajen en construir unos fundamentales de negocio sólidos, que en gran medida se sostienen sobre la educación financiera y la profesionalización de procesos.

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