
Los datos de matriculaciones del mes de abril, con una histórica caída de más del 96% que, por esperada, no deja de resultar sorprendente, no ha hecho más que ahondar en la herida de la paralización en el sector del automóvil. Un nuevo varapalo justo a las puertas del comienzo de una desescalada en la que ya se empieza a pensar cómo serán los próximos meses para la automoción en España.
La fotografía del concesionario actual nos muestra un stock retenido de vehículos tanto de nuevos como de ocasión que tendrán que ser capaces de liberar. Compras pospuestas, pero también trastocadas por el impacto en los bolsillos de esta crisis sanitaria. Y es que con un paro previsto al término del año del 19%, según las previsiones del Gobierno, veremos a un consumidor con mayor propensión al control del gasto, un hábito que fomenta la llamada compra inteligente, es decir, buscar y encontrar buenos precios y ofertas comparando para asegurar calidad a buen precio.
Solo hace falta un plan de incentivos para reactivar una demanda que ya late más cerca
El consumidor, pues, está accionando ese mecanismo de compra heredado de la anterior crisis y que veremos en la actual fase de desescalada, enseguida empiece a pensar en coche y en qué tipo, si opta por uno nuevo o de ocasión.
Veremos, además, un mercado que experimenta ya una bajada de precios para estimular la demanda. Sin embargo, se pueden aprovechar y activar nuevas palancas para incentivar al consumidor. Uno de ellos es el posicionamiento del vehículo particular como la mejor alternativa para realizar desplazamientos, así reconocido por el propio Gobierno, todo un cambio de paradigma en poco tiempo. Las personas, frágiles y sensibles al momento actual, son receptivas a aquellas fórmulas que les proporcionen seguridad y demandan "refugios". Y el vehículo actúa como refugio.
Todo ello nos deja un escenario propicio para el coche de ocasión. Y aquí el consumidor se mueve como pez en el agua para encontrar esa oferta que le haga clic dentro de ese infinito escaparate virtual de seminuevos con poco rodaje; coches jóvenes procedentes del renting o del rent a car con todo lo último en equipamiento y un mantenimiento exhaustivo; o los kilómetro cero, que por el hecho de tener ya puesta la matrícula parten con un precio de salida de un 20% más bajo sin ni siquiera haber echado a circular.
Y, en efecto, Internet y los portales verticales especializados en auto tienen un papel indispensable en este nuevo mercado post-confinamiento, y no solo por ser ese gran escaparate que ayuda a los concesionarios a aligerar su stock, proporcionándoles clientes en modo compro coche, sino por reducir las interacciones físicas en un proceso de compra que ya es un 80% digital. Esto significa que no hay que inventar la rueda, sino acelerar lo que ya existe y llegar a la posibilidad de una transacción íntegramente virtual superando el gran obstáculo que conforman burocracia y pago. En China ya lo hemos visto, las regiones donde los niveles de contagio fueron más altos, el interés por la compra online se ha disparado.
Así pues, entramos de lleno en una fase nueva con el vehículo particular, sobre todo de ocasión, como valor refugio, igual que las inversiones bursátiles en momentos de desaceleración económica. Y la "bolsa" será Internet, ahí están los mejores valores y también los compradores. Oferta hay, y a buen precio, sólo falta un plan de incentivos que contemple el vehículo de ocasión joven para reactivar una demanda que late ya más cerca.