Son diversos los foros de opinión económicos que han hecho y hacen predicciones apocalípticas sobre el futuro de la profesión contable. La nueva oleada tecnológica, que incorpora más velocidad, más interconnectividad, más capacidad de tratamiento de datos y más capacidad de autoaprendizaje, puede ser inicialmente percibida como una ola destructiva que amenaza con la extinción de la profesión.
Aun así, y tal y como se ha visto en otros campos, una vez superado el escepticismo inicial y haciendo un análisis más profundo de los cambios que se divisan, se pueden aislar tres grandes retos que los profesionales de la contabilidad deberán afrontar: a) las nuevas oportunidades tecnológicas, b) el proceso de globalización en las prácticas de reporting y c) las nuevas formas de regulación. Estos tres retos, que condicionan el futuro de la profesión, requieren de 1) la integración de nuevas tecnologías y 2) de la adquisición de nuevas competencias.
"Hay que hacer mención específica del impacto que pueden tener los sistemas inteligentes o la denominada Inteligencia artificial"
En cuanto a la integración de las nuevas tecnologías, hay que hacer mención específica del impacto que pueden tener los sistemas inteligentes o la denominada Inteligencia artificial o la gestión basada en el tratamiento masivo de datos. Tradicionalmente la contabilidad se ha servido de la tecnología para llevar a cabo su actividad de registro pero también de análisis.
En el nuevo escenario, estas tecnologías, que no son nuevas, todavía están en una fase de adopción muy incipiente a pesar de que son muchas las voces que destacan sus beneficios en cuestiones como el tratamiento de datos, la capacidad de análisis y los procesos de predicción. De lo contrario, la capacidad de disponer de más datos y mayor capacidad y velocidad en su análisis nos permite desarrollar nuevas métricas, nuevas capacidad analíticas y nuevos lenguajes visuales de transmisión de información.
Tan sólo introduciendo las ventanas de oportunidad que se abren con la asimilación de todo este nuevo potencial tecnológico, rápidamente se desprende que si bien la profesión no corre el peligro inminente de ser reemplazada por supercomputadores si que está inmersa en un profundo proceso de transformación que demanda de nuevas competencias.
Al margen de atributos que en este nuevo contexto se intensifican como la capacidad de liderazgo, de trabajar e influir en entornos multidisciplinares, o la de integrar estas nuevas tecnologías, toma especial protagonismo la vinculada con la ética y la transparencia. En un entorno cada vez más digitalizado, donde el algoritmo tiene más presencia en la toma de decisiones, la capacidad del experto contable de generar y transmitir relaciones de confianza acontece fundamental.
"No se pueden olvidar los retos que se presentan para las universidades y otras instituciones profesionales"
Para acabar, no se puede olvidar que este panorama de claroscuros en cuanto al futuro de la profesión pone encima la mesa un conjunto de retos a las universidades y otras instituciones profesionales en relación a la investigación y la formación.
Cuando mayor sea el lapsus temporal al integrar las cuestiones tratadas tanto en planes de estudios como en los planes de investigación, mayor es el peligro que las amenazas superen las oportunidades.