
El primer ministro británico Boris Johnson y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker fueron los encargados de anunciar el acuerdo para el Brexit.
El sí de Bruselas constituye un importante avance considerando la tensión que hace pocos días dejaba traslucir el presidente del Consejo Europeo, Donald Task. Vaya por delante que es positivo que ambos bloques hayan cedido en sus líneas rojas con tal de alcanzar el acuerdo. Así, la UE ha aceptado que Reino Unido no abandone la unión aduanera con un régimen dual para Irlanda del Norte. Londres, por su parte, también ha cedido al aceptar la frontera aduanera en el mar de Irlanda. No obstante, y a pesar del indudable avance dado en la que es la mayor incertidumbre que atenaza al Viejo Continente (junto a la guerra comercial), las bolsas han reaccionado con frialdad al acuerdo para el Brexit. Tanto es así que el Ibex ha cerrado con una caída de medio punto mientras que el EuroStoxx no ha podido romper la barrera de los 3.600 puntos, que daría pie a un mercado que retomaría la tendencia alcista. La reacción de los inversores al principio de acuerdo es lógica. Sin duda supone un gran avance, pero aún le falta el visto bueno del Parlamento británico en la votación del sábado. Algo que no será fácil de conseguir ya que, hasta ahora, los unionistas de Irlanda del Norte (DUP) rechazan el acuerdo, y sin sus votos será imposible aprobarlo. En dicho caso, la prórroga está casi asegurada. El Brexit, por tanto, dista mucho de estar concretado. Ahora bien, si Boris Johnson logra convencer a los parlamentarios del DUP se salvará el último escollo, lo que romperá definitivamente con el mercado bajista que se inició precisamente en 2015 con el anuncio de divorcio de la UE por parte de Reino Unido.