
La venta del 37 por ciento del capital de Cepsa a Carlyle por parte de Mubadala por 4.000 millones, acarrea el fin de la etapa de Pedro Miró en la petrolera.
Los cinco años que el directivo español ha estado al frente han sido muy positivos para la compañía. En el haber de Miró se encuentran las adecuadas inversiones en refino (el mayor negocio de la firma) que han elevado los márgenes. Tampoco debe olvidarse la acertada diversificación emprendida por Cepsa en estos últimos años en ámbitos como como el eléctrico y las renovables, con el objetivo de convertirse en una energética global. Miró deja por tanto una excelente herencia de gestión que su sucesor, Philippe Boisseau, debe tener en cuenta a la hora de afrontar los retos futuros de Cepsa.