
La configuración del sistema energético español, al igual que el mundial, se dirige hacia una mayor penetración de las energías renovables. Sin lugar a duda, esta reorientación del mix es una gran noticia ya que nos permitirá reducir las emisiones contaminantes y aumentar el acceso a la electricidad. El rápido crecimiento que han experimentado en los últimos meses - en 2018 el viento fue la segunda fuente de generació - ha puesto en la palestra la inminente necesidad de poner más atención al caprichoso comportamiento de este tipo de fuentes. Porque, aunque parezca una obviedad, no hay que olvidar que el sol, aún saliendo todos los días, brilla cuando brilla, y el viento solo sopla cuando sopla.
Las plantas termosolares aún no se han optimizado de manera plena
Afortunadamente, España es un país en el que el sol resplandece mucho más que en las tierras de nuestros vecinos europeos, lo que ha favorecido un despliegue importante de centrales termosolares. No obstante, estas plantas aún no se han optimizado de manera plena. Y en un contexto como el actual, en el que el mundo entero se ha desviado ya hacia el camino de las energías limpias, debemos aprovechar mucho más nuestra favorable situación climática y sacar el mayor partido al sol. Porque, al igual que le pasaba a Superman, esta estrella es la que nos proporciona poder. En nuestro caso, un poder energético que nos hará ganar competitividad a nivel mundial. No obstante, surgen problemáticas derivadas de la intermitencia propia de la fotovoltaica y, de su hermana, la eólica, que hay que resolver para exprimir todos sus beneficios. Por un lado, es necesario dotar al sistema renovable de herramientas que permitan dar servicio a partir del atardecer y hasta la salida del sol al día siguiente. Y por otro, conservar los vertidos cuando el sol apriete y el viento sople fuerte.
La respuesta a ambos desafíos es incrementar la inversión en tecnologías de almacenamiento que nos permita guardar y equilibrar los excesos propios de este tipo de fuentes verdes. Y es que, sin almacenamiento, las renovables no nos aportará valor, es más, desperdiciaremos energía y estaremos ante un sistema inoperante. La capacidad de su almacenaje es la pieza del engranaje que permitirá una integración eficiente de las energías limpias al sistema. Además, dada la presencia cada vez más frecuente de pequeñas centrales aisladas, es fundamental también contemplar este tipo de producción de cara a su almacenamiento e integración en la red. La apuesta por las renovables en España es firme y ambiciosa. Nuestra hoja de ruta, es decir el PNIEC, Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, plantea que el 74 por ciento de la electricidad sea sostenible en 2030. Ni que decir tiene, que a estas cifras únicamente llegaremos si paralelamente aumentamos nuestra capacidad de almacenamiento para equilibrar la generación y el consumo.
El almacenamiento permitirá a España aprovechar su ventaja competitiva con las renovables
Hasta ahora, el almacenamiento no ha sido prioritario ya que las fluctuaciones de las renovables no afectaban al sistema. No obstante, a medida que aumenta su penetración en el mix, se torna fundamental dotar a España de tecnologías que permitan asegurar la disponibilidad energética cuando los paneles solares o turbinas eólicas no estén en funcionamiento y conseguir un mayor rendimiento de las plantas. La buena noticia es que el mercado cuenta con diversas opciones. Lejos de mencionar todas ellas, los sistemas de almacenamiento con baterías son de las que mejor se prestan a las necesidades de la red, ya que tiene la capacidad de ofrecer garantía de suministro en horas de alta demanda y recoger los vertidos de la eólica excedente en días ventosos, así como almacenar la energía solar al atardecer. Nuestro país se enfrenta a un déficit de cara a los próximos años y, es que, según el PNIEC, el almacenamiento en baterías deberá pasar de prácticamente 0 GW que teníamos en 2010 a 2,5 GW en 2030.
Las empresas debemos ponernos las pilas, nunca mejor dicho, para desarrollar soluciones inteligentes que permitan al país solventar las limitaciones de las fuentes limpias y abran paso de verdad a un futuro verde. Desde Siemens, decidimos hace años investigar en este campo y, gracias a la unión de nuestra dilatada experiencia en el sector energético y en digitalización, desarrollamos un modelo de baterías modulares, Siestorage, con capacidad para almacenar grandes cantidades de electricidad gracias al revolucionario Caterva. Además, esta tecnología permite a nuestros hogares tener sistemas de paneles solares y poder alquilarlos como área de estacionamiento eléctrico. Y es que tampoco debemos olvidar, que el sistema eléctrico tiende a una descentralización donde las necesidades de almacenamiento de los pequeños productores también deben ser atendidas. Siestorage es capaz de actuar tanto como un productor de energía como un consumidor y esta combinación ayuda a mejorar la estabilidad de la red, al tiempo que permite una mayor integración de las fuentes energéticas sostenibles en el sistema.
Más allá de las baterías, la investigación en otras tecnologías para optimizar nuestras plantas sigue creciendo. Una de las técnicas convenientes para ello es la electrólisis, que consiste en transformar la energía sobrante procedente de renovables en hidrógeno para poder almacenarla. Con esta tecnología, hemos ideado en Siemens Silyzer, que emplea agua, electricidad y una membrana de intercambio de protones que permite producir y almacenar esa energía en forma de hidrógeno. Este elemento puede convertirse para crear calor o puede ser corriente eléctrica por medio de una pila de combustible. Entre los sectores que se ven beneficiados de esta tecnología es el sector del automóvil, concretamente los vehículos con pila de hidrógeno. El uso de este combustible será clave en el desarrollo de la movilidad sostenible que exigen nuestras ciudades.
En definitiva, las renovables serán las que dominen el futuro, pero necesitan de aliados tecnológicos que permitan lidiar con su personalidad climática. Un aliado que se comporte como un guardián que vele para que su energía jamás se desperdicie y que abra sus puertas de manera inmediata cuando se las necesite.