
El mes pasado, Business Roundtable, un grupo que engloba a los CEO de las corporaciones más poderosas de EEUU, abandonó la visión de que maximizar el valor para los accionistas debería ser un objetivo primordial. El concepto es que los accionistas ya no siempre tendrán precedencia sobre clientes, empleados, proveedores y comunidades en las que operan las empresas. En su comunicado, la organización menciona la necesidad de pagar salarios justos, ofrecer más beneficios e invertir en capacitación para ayudar a los empleados a transitar una economía que cambia.
La gobernanza corporativa avanza en esta dirección desde hace un tiempo, debido a una creciente conciencia de que el compromiso del sector privado será necesario para afrontar los retos más difíciles de la sociedad. Los clientes, los empleados y los inversores han reforzado esta tendencia al hacer oír cada vez más sus preocupaciones por las cuestiones sociales.
Se impulsa un cambio en el papel que tienen las empresas en la sociedad
Una evolución similar se ha producido en el sector de gestión de activos. El porcentaje de inversores que abrazan criterios "ambientales, sociales y de gobernanza" (ASG) ha crecido. Muchas firmas de gestión importantes han ayudado a allanar el camino. Esta tendencia plantea el interrogante de si los participantes con un interés puramente financiero todavía son los que se imponen. Mucho dependerá de cuántos sean, los activos que controlen y sus horizontes temporales. Pero el respaldo de los inversores de largo plazo como los fondos de pensiones han ayudado a inclinar la balanza hacia los ASG.
En cualquier caso, el punto del modelo de múltiples partes interesadas no es que los inversores y las juntas corporativas se vuelvan pasivos o descomprometidos. No estamos regresando a la era del "capitalismo gerencial", el modelo de gobernanza corporativa que antecedió a la llegada del inversor activista y del principio de la primacía de los accionistas. Pero no deberíamos interpretar el anuncio de Business Roundtable como otro pequeño paso positivo. Es más que eso.
Para empezar, el comunicado del grupo este mes es una clara señal de la intención de los CEO de EEUU de cambiar no sólo la gobernanza corporativa, sino también el papel de las empresas comerciales en la sociedad. Establece nuevas fronteras en la búsqueda de retornos sobre el capital –fronteras que están pensadas para proteger a las partes interesadas que no tienen el poder de mercado como para protegerse a sí mismos-. Lo más importante es que la todo surge en un momento en que la desigualdad está en aumento, y en el que la titularidad de activos financieros se está concentrando cada vez más.
La gobernanza corporativa con conciencia social gana cada vez más enteros
Pero una característica aún más emocionante del giro hacia una gobernanza corporativa con conciencia social es que abre la puerta a nuevos modelos comerciales más creativos. Algunas de las compañías más imponentes del mundo ya han generado modelos comerciales vinculados a la solución de los desafíos económicos y sociales. Consideremos a Alibaba. Fundado con el objetivo de expandir el acceso al mercado para las pymes, Alibaba y su brazo financiero, Ant Financial, siguen comprometidas con esa misión.
Este mes, antes del anuncio de Business Roundtable, el conglomerado indio Reliance Industries Limited llevó a cabo su reunión anual, donde su presidente, Mukesh Ambani, ofreció un discurso sorprendente. Después de señalar que la creación de valor para la compañía hoy depende de alianzas con empresas indias, así como con multinacionales como Microsoft, Ambani identificó a las partes interesadas de Reliance como "la economía india, el pueblo indio, nuestros clientes, empleados y accionistas". No podría haber un ejemplo más claro del modelo de participantes múltiples.
Un componente clave de la estrategia de Reliance es su filial Jio, que comenzó vendiendo teléfonos inteligentes asequibles en 2016 con el objetivo de conectar a todo el mundo en la India. Según Ambani, Jio tiene más de 340 millones de suscriptores y suma diez millones cada mes. En otras palabras, una empresa fundada con una misión social hace menos de tres años ya es el operador de teléfonos inteligentes más grande de la India, y el segundo operador de país único más grande del mundo.
Es más, con el uso del programa de identificación biométrica de la India (Aadhaar), Jio está haciendo un aporte importante a la conectividad digital para varios sectores en la India, incluida la gente más pobre que anteriormente no tenía cuentas bancarias o acceso al crédito. Y en tanto siga creciendo, desarrollará otros servicios valiosos para las pymes, reforzando el impacto positivo que ya tiene en el crecimiento inclusivo.
Las tecnologías digitales tienden a venir de la mano de altos costos fijos, pero costos variables casi insignificantes. Una vez establecida, una empresa como Alibaba o Jio puede ofrecer una plataforma para otros modelos comerciales sociales.
La declaración de Business Roundtable representa un avance importante para el modelo de múltiples participantes. El ejemplo fijado por los líderes de la industria importa. Y no es casual que algunas de las compañías globales más exitosas de hoy fueran concebidas y construidas explícitamente sobre la base de valores de múltiples participantes.
Pero se impone una palaba de advertencia. Si bien esta transición es necesaria para avanzar hacia otros objetivos sociales, no basta. Las corporaciones por sí solas no pueden resolver nuestros problemas globales más apremiantes. Necesitarán el respaldo de los gobiernos, que tienen la responsabilidad de crear el espacio y ofrecer las herramientas para que las empresas de múltiples participantes maximicen su impacto social positivo.