
El imposible 5G catalán de Quim Torra
Quim Torra aspiraba ya a tener en marcha el llamado 5G catalán.Esta infraestructura está situada entre las autopistas AP-7 y E-9 y está llamada a convertirse en un banco de pruebas a nivel europeo para la circulación de vehículos autónomos. Para arrancar el 5G catalán se necesitaba la aprobación de la Comisión Europea, lo que ha sido imposible de obtener para el Govern, ya que el Ministerio de Exteriores ha bloqueado el proyecto. El motivo ha sido el texto enviado por Torra a Bruselas. En él se obvia cualquier referencia al Reino de España, que es sustituido por la Generalitat. También se habla de país en referencia a Cataluña cuando se debería decir región. E incluso el texto da a entender que el departamento responsable es la Conselleria de Políticas Digitales del "ministro" Jordi Puigneró. Todo ello ha obligado a Exteriores a pedir al Govern que rehaga el texto y que se adapte al lenguaje que exige un documento internacional de estas características, si no, el proyecto seguirá bloqueado. "Es imposible que tal y como está redactado ahora la UE apruebe el proyecto", dicen en Exteriores.
Indignación en IU por las nuevas elecciones
Hasta el momento, el líder de IU Alberto Garzón no ha realizado ninguna declaración que indique que no comulga con la posición que Pablo Iglesias ha tomado a lo largo de las fracasadas negociaciones para formar un Gobierno con el PSOE. Pero, dicen, que la realidad de la formación es muy distinta. De hecho, se comenta que buena parte de los integrantes de IU optaban por renunciar a sillones y apoyar a Sánchez para evitar el escenario de nuevas elecciones al que parece que está abocado el país. Veteranos de la formación como Gaspar Llamazares o Cayo Lara ya lo han hecho público. Pero, por lo que se comenta, el propio Garzón también está molesto con Iglesias, ya que teme que unos nuevos comicios diluyan la participación de IU en Unidas Podemos.
¿Por qué los fiscales quieren nuevos comicios?
Cuentan que los fiscales están muy satisfechos con el trabajo de su actual jefa, la fiscal general del Estado, María José Segarra. Entre otras cosas avalan que resistiera las presiones del Ejecutivo y no se inmiscuyera en la labor de la Fiscalía durante el juicio del 1-O para rebajar el delito de rebelión. Son conscientes de que el Gobierno no perdona y que en cuanto deje de estar en funciones "la destuirán del puesto". De ahí que los fiscales quieran nuevas elecciones. "Así seguirá en su puesto unos meses más", dicen.