En apenas una semana comenzará la cumbre del G-7 en Biarritz y los problemas logísticos siguen dando dolores de cabeza a las autoridades francesas y españolas. Se esperan atascos kilométricos en la frontera en un fin de semana crítico para la operación retorno de vacaciones. Pero dicen que el verdadero problema lo plantea un único vehículo: el Air Force One
EEUU no revela cuál será el aeropuerto en el que aterrizará el avión, hasta el punto de que, según comentan, todavía hay altos mandos policiales y de seguridad aérea, tanto en Francia como en España, que no tienen claros los planes definitivos. "Tras muchos cambios, parece que ahora se decantan por que aterrice en Vitoria, pero nadie puede descartar un cambio de última hora si detectan el más mínimo problema", comentan personas conocedoras de las negociaciones con Washington. El problema radica en que, en caso de modificaciones, el tiempo de reacción va a ser mínimo. "En esa zona existen varios aeródromos alternativos a Vitoria, pero tanto las instalaciones civiles más cercanas como las militares tienen un tamaño pequeño para un Boeing de esas dimensiones", comentan esas mismas fuentes. Por ello, si alguna de ellas resulta elegida por la Casa Blanca para cobijar al Air Force One "habrá que trabajar a contrarreloj en el reacondicionamiento de las pistas", explican.
Difícil cambio de nombre de la ANC
Los responsables de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) buscan que la plataforma independentista pase a tener oficialmente un nombre mucho más representativo y además exclusivamente en catalán: Assemblea. Sin embargo, se rumorea que el propósito no ha calado ni entre los propios seguidores de la plataforma independentista. "Todos los medios siguen refiriéndose a ellos como ANC, al igual que las búsquedas en Internet. Pero lo grave es que hay muchos militantes que aún elaboran panfletos y convocan actos usando la antigua denominación porque nadie les informó del cambio", comentan en círculos políticos catalanes.
Montero, la 'médico de guardia' del Gobierno
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha ganado este verano el apodo de médico de guardia y no solo porque ella cuenta con esa formación. Además, lejos de limitarse a informar sobre los asuntos que incumben a su departamento, ha tenido que actuar de improvisada portavoz de temas tan polémicos como el barco Open Arms o el debate sobre los vientres de alquiler.
