
La actriz Sophie Turner, que acaba de casarse en Las Vegas con Joe Jonas, tuvo que ir a terapia para superar las difíciles situaciones que atravesó durante su paso por Juego de Tronos. Trabajaba en la serie mientras sus amigos estaban en la universidad. Acudió a Maisie Williams, su hermana Arya en la serie, en busca de apoyo, pero su amistad tenía un "lado destructivo", ha dicho.
"Solíamos llegar a casa desde el set, ir a un supermercado a comprar comida, volver a la habitación y comer en la cama. Nunca socializamos hasta pasados unos años", recuerda la actriz de 23 años que interpreta a Sansa Stark.
En una entrevista con la edición australiana de la revista Marie Claire, Turner reconoce que sufrió mucho: "He experimentado enfermedades mentales de primera mano y también he visto los daños colaterales que sufren quienes te rodean", asegura. Su metabolismo cayó a las profundidades del océano: "Empecé a tener manchas y ganar peso, y todo esto me estaba sucediendo delante de cámara", explica.
Turner también habla de los comentarios que recibía sobre su físico: "La gente solía decir: 'Maldita sea, Sansa ganó 10 libras (4.5 kilos)' 'o' Maldita sea, Sansa necesita perder 10 libras' o 'Sansa engordó", comenta. "Eran un montón de comentarios sobre mi peso, mi piel y que no era una buena actriz", se lamenta.
"Todos necesitamos un terapeuta, especialmente cuando las personas te dicen constantemente que no eres lo suficientemente bueno y que no te ves lo suficientemente bien", comenta. "Es necesario contar con alguien con quien hablar y que te ayude".