Los bulos están adquiriendo cada vez más relevancia pública y su previsión de crecimiento es exponencial: se espera que incluso lleguen a superar a las noticias reales en 2022, según la consultora Gartner. Asimismo, el sector alimentario se ha convertido en todo un objetivo para las fake news, la desinformación o noticias falsas, lo que supone un riesgo para los consumidores y el sector agroalimentario.
Bajo este contexto, elEconomista con el apoyo del Foro Interalimentario, ha celebrado el Observatorio Fake news y el sector alimentario, en el que han participado destacados ponentes como Fernando Móner, presidente de CECU (Confederación de Consumidores y Usuarios) y AVACU (Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios); Marc Amorós, periodista y autor de los libros "Fake News" y "¿por qué las fake news nos joden la vida?"; Fernando Olivares, director de la Cátedra de la Marca Corporativa de la Universidad de Alicante y autor del libro "Marcas Negras, en la era de la transparencia"; y Nuria Cardoso, responsable de Comunicación de ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados). Además, el evento ha sido inaugurado por Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario.
"Actualmente los ciudadanos están más informados que nunca y cuentan con un mayor acceso a la información. Sin embargo, ¿esta mayor información implica una mejor información?", se pregunta Marc Amorós al inicio de la jornada. La información se encuentra al alcance de cualquiera, pero hoy en día estamos en medio de una "guerra de desinformación" producto de la cantidad de noticias falsas que circulan por los medios de comunicaciones y las redes sociales.
Por ello, uno de los temas abordados fue la dimensión real que ocupan las noticias falsas en nuestra sociedad actualmente. Así, durante los meses de confinamiento las fake news se han convertido en parte de nuestro día a día hasta el punto que la OMS ha utilizado el término "infodemia" para referirse a la práctica de difundir noticias falsas o información incorrecta relacionada con la pandemia, ya que en el contexto actual la desinformación representa un problema grave al tener la capacidad de poner en riesgo la salud de las personas.
Para Marc Amorós, es un fenómeno que existe y que lejos de remitir va creciendo. "En los últimos meses de pandemia las noticias falsas nos han generado más incertidumbre y dudas. Ahora ha tocado un virus sanitario, pero también puede darse un virus alimentario".
En el caso del sector alimentario, Nuria Cardoso considera que hay tres ingredientes específicos en este mundo que conectan con la génesis de la creación y fusión de noticias falsas. "El primero es la notoriedad e impacto que tiene el hecho de que los supermercados reciban las visita de 15 millones de personas cada día. Esto es un anzuelo para la creación de fake news. El segundo es que España es un gran país productor de alimentos, a lo que se une que a los españoles nos gusta comer bien, nos gusta hablar de lo que cocinamos y comemos, llegando a una falsa sensación de conocimiento creyendo que somos expertos cuando no lo somos. Y en tercer lugar, la alimentación se ha convertido en un signo de identidad que nos define como personas como grupo social".
Consecuencias
La propagación de noticias falsas puede llegar a tener graves consecuencias en el sector al formar ideas erróneas basadas en mentiras. "Este tipo de noticias manipuladas, desinformadas o sesgadas tienen dos vertientes. Por una parte inciden o pueden hacerlo en la salud de los ciudadanos, con la demonización de ciertos alimentos que no tienen en cuenta una dieta completa y conlleva unos riesgos. Y por otra parte, desde el punto de vista empresarial, el riesgo o daño que se le puede hacer a lo que es la cadena agroalimentaria, como por ejemplo con la famosa crisis del pepino en Alemania. En definitiva, las fake news tienen consecuencias graves y muy tangibles, no es algo que se quede en las redes sociales sin más", apunta la responsable de comunicación de ASEDAS.
Nuria Cardoso: "Las noticias falsas tienen consecuencias graves y muy tangibles"
Asimismo, uno de los problemas que puede acarrear es el daño reputacional de las empresas. Para el director de la Cátedra de la Marca Corporativa de la Universidad de Alicante "cualquier caudal de información tanto falsa como verídica altera la reputación de las marcas dado que la reputación es percepción. Por eso, las fake news son una amenaza al igual que el descubrimiento de informaciones ocultas verdaderas", señala.
Fernando Olivares: "El mundo corporativo estará perdido si no apuesta por la transparencia"
Sin embargo, el impacto que esta teniendo y va tener para las compañías va ser muy importante porque no son conscientes del escenario de la desinformación. "Pensamos que con un departamento de comunicación se solucionan los problemas, pero este escenario que vivimos requiere un cambio en las reglas del juego. El mundo corporativo puede estar muy perdido si no apuesta por la honestidad y la transparencia. Tiene que reconvertirse y darse cuenta que es muy vulnerable a las mentiras o a los descubrimientos de sus omisiones", añade.
Marcas negras
Por su parte, Fernando Olivares apunta que también existen fake news que se originan dentro del sector. "Las marcas negras son marcas fake que omiten y engañan sobre la identidad del fabricante real del producto. Las marcas negras son marcas de fabricante que relatan un origen productivo que no coincide con el real, que no es veraz. Las marcas negras con esta omisión engañosa comprometen el comportamiento económico de los consumidores y provocan una alteración en el correcto funcionamiento del sector. Las marcas negras no pueden ser un punto negro en la reputación de las marcas de fabricante, ni del sector alimentario", defiende.
Redes sociales
En la era digital, las plataformas de redes sociales se han convertido en una fuente creciente de noticias para mucha gente en detrimento de los medios tradicionales, concretamente para los más jóvenes.
El presidente de CECU y AVACU explicó como en un sondeo realizado a jóvenes sobre la utilización de las redes sociales, los datos reflejaron que entre los 10 y los 12 años mas del 75% estaba registrado en más de dos redes sociales y en torno a un 65% interactuaba todos los días. No obstante, el porcentaje de los que escribían o subían algo se reducía. "Esto quiere decir que las redes sociales se utilizan muchas veces para escuchar e informarse. Los jóvenes dirigen sus hábitos en función de lo que se dice en ellas", detalla.
Fernando Móner: "Los jóvenes dirigen sus hábitos en función de lo que se dice en las redes sociales"
Para el periodista Marc Amorós, nos encontramos en un entorno digital donde la verdad y la mentira informativa lucen en el mismo escaparate. "Las nuevas generaciones han incorporado las redes sociales como un nuevo medio de comunicación donde todo el mundo es periodista y libre de difundir todo tipo de información".
Estrategias
En el propio sector de la alimentación hay un debate sobre cual es la manera de luchar contra las fake news o con qué armas y estrategias. Para Nuria Cardoso, "la fórmula es introducir conceptos éticos en la información que se maneja. Nuestra obligación es lanzar al mundo una información basada en la veracidad, en la transparencia y no perderlos de vista. Crear sobre estos principios una información atractiva, pero sobre todo rigurosa".
Por su parte, Fernando Móner denuncia que llevan años pidiendo que temas de nutrición y alimentación estén dentro de la educación infantil. "Son necesarios términos sobre alimentación y nutrición para que cuando se llegue a la edad de decidir se tenga una base para ello. Además, hacen falta referentes, pero nos tenemos que dar cuenta que los referentes no los tenemos en una pantalla, si no mucho más cerca".
Respecto al papel que desempeñan las Administraciones Públicas y gobiernos, Marc Amorós cree que es un error intentar actuar de forma solitaria contra este fenómeno. "Un gobierno no debe ir solo en arreglar este problema. Necesitamos un pacto ético, multisectorial y multipolítico. Más que censurar, necesitamos ética; una ética que permita recuperar la confianza social en la información".
Detección de noticias falsas
En España, el 60% de la población cree poder detectar los bulos que llegan por internet, pero en realidad sólo el 14% los identifica en la práctica, según datos del Estudio sobre el impacto de las Fake News en España, realizado por la empresa Simple Lógica.
Para Marc Amorós existen dos tipos de comunicación: la comunicación de cabeza, que requiere esfuerzo, conocimiento, investigación, tiempo de lectura.. Y la comunicación de corazón que apela a las emociones más básicas. "Esta comunicación es la que utiliza muy bien las noticias falsas. Por lo tanto, hay que chequear las fuentes, datos y fotografías, desconfiar de informaciones que no den datos facilmente revisables, ver si hay otros medios que también difunden esa información y por último, desconfiar de las informaciones que desvelen grandes revelaciones así como de todas las informaciones que apelan a emociones básicas como puede ser el miedo".
Por su parte, el presidente de CECU y AVACU insta a valorar primeramente la información que recibimos con tranquilidad, así como poder contar con una formación suficiente para ser más reflexivos y tener capacidad crítica.
Consenso y diálogo
Para finalizar, se debatió sobre el papel que deben jugar todos los eslabones de la cadena para luchar contra las fake news del sector. Para Nuria Cardoso, estos meses atrás la cadena ha dado un ejemplo de fortaleza, de trabajo en equipo y de excelencia en su labor hacia un mismo objetivo: que no faltase ningún producto de alimentación o producto básico al consumidor. "España ha sido el país de nuestro entorno con menos rotura de stock, y esto define nuestra cadena alimentaria. Ese es el camino, el diálogo, el consenso y en el campo de las fake news ir todos a una", añade.
Marc Amorós: "Las 'fake news' no existen porque sí, existen porque hay unos intereses detrás"
Una idea que comparte también Marc Amorós. "Las fake news no existen porque sí, existen porque hay unos intereses detrás. Estos juegos de intereses han provocado que la comunicación fake haya roto el consenso. Un sector que quiera tener una buena comunicación debe tener un consenso sobre qué decir, cómo decirlo y donde decirlo".
Por su parte, Fernando Olivares considera que en líneas generales es un sector con mucha salud, pero hay elementos que lo hacen autora de fakes. "Una cosa son las fakes que nos vienen de fuera y otras las de dentro, como son las omisiones engañosas y por las que pedimos mas transparencia. El consumidor tiene el derecho a conocer las procedencias".
Por último, Fernando Móner expuso como el papel de las organizaciones de consumidores debe ser en primer lugar el de analizar no solo los hábitos sino los potenciales peligros que pueden llegar a los consumidores. Y en segundo lugar, ayudar en la difusión de aquellos mensajes totalmente consensuados por las personas que saben.