
La falta de rentabilidad económica del carbón como fuente de energía o el agotamiento de reservas obliga a las comunidades mineras a reconvertir las canteras en nuevas ideas de negocios que sigan atrayendo flujo económico. En Asturias, por ejemplo, el Pozo Sotón está catalogado como Bien de Interés Cultural desde 2014 y es la primera instalación de este tipo que está abierta a visitas. También, en el Ecomuseo del Valle de Samuño, los visitantes pueden subirse a un tren minero y recorrer el antiguo camino del carbón. Otro ejemplo de esta tendencia pero que va un poco más allá es Dunton Hot Springs, un antiguo pueblo minero de Colorado (EEUU) que fue reconvertido en resort de lujo.
El nacimiento de este pueblo tiene lugar en 1885. Era un campamento minero formado por casas de madera que se extendía un kilómetro a lo largo del río West Dolores y que daba servicio a minas del entorno como Emma, Smuggler y American. Como en muchos otros campamentos mineros, Dunton inicialmente sufría de aislamiento y falta de buen transporte. Sin embargo, rápidamente se fueron construyendo conexiones ferroviarias y el poblado fue creciendo.
La población de Dunton fue de menos de 50 personas hasta que la Mina Emma se vendió a un grupo de inversores orientales en 1897, que revitalizó su producción y provocó el desarrollo del poblado con la construcción de molinos y más edificios para los mineros. La producción de mineral de la mina y la población del pueblo probablemente, explica el resort, alcanzaron su punto máximo alrededor de 1905. Momento en que se cree que la población fue "la más grande de la historia de Dunton y rondaba entre las 260 y 300 personas". Durante ese año -el más prolífico de Dunton- la producción total del condado alcanzó lo 172.454, de los que 56.000 dólares correspondían a este poblado.
El boom en Dunton no duró mucho. Mucha gente abandonó el campamento en 1910, y en 1918, la ciudad estaba desierta. Ese año, dos de los residentes más longevos de la ciudad, Joe y Dominica Roscio, compraron toda la ciudad y algunas de las reclamaciones mineras patentadas. Y comenzaron a operar la propiedad como un rancho ganadero.
Más adelante, entre 1970 y 1980, la propiedad fue operada como un rancho para turistas. Sin embargo, a principios de los 90, el rancho fue cerrado y se puso a la venta. "En 1994 los propietarios actuales compraron Dunton y se dedicaron a renovar toda la ciudad, lo que necesito de siete años", explican.
Actualmente, esta antigua ciudad fantasma es un destino turístico para disfrutar de la naturaleza y de la desconexión en un entorno idílico con senderos especialmente pensados. Las cabañas de madera hechas a mano se han mantenido pero han sido redecoradas con muebles de diseño. Además, todos los huéspedes tienen acceso a un spa con aguas termales.
Entre las actividades al aire libre destacan los paseos a caballo, ciclismo de montaña, rutas con raquetas de nieve, senderismo, noches de camping, pesca con mosca, rafting, kayak, la lista es interminable.
La opción gastronómica corre a cargo de alimentos orgánicos locales, cordero, campos de boletus y rebozuelos, frutas y vegetales regordetes de su propia granja. La carta de vinos está protagonizada por caldos de California y Australia.