
Arrodillarse delante de la chica, regalar un anillo de diamantes, pedir la bendición de su padre... Los actos tradicionales a la hora pedir matrimonio han caído en el olvido. Ahora los novios apuestan por la modernidad y la originalidad en sus pedidas, tanto que la última tendencia es sustituir la clásica alianza por un moderno piercing.
A principios de los 2.000 la tendencia de ponerse un piercing en los lugares más inimaginables del cuerpo nos sorprendía casi a diario, pero si pensábamos que aquello era cosa del pasado estábamos equivocados. Ahora, el pendiente llega a los dedos y los enamorados deseosos de darse el "sí, quiero" han sido los primeros en acogerse a la nueva moda: sustituir la alianza por un piercing.
Como todo, tiene pros y contras. Es más barato que comprar un anillo y no lo puedes perder, pero el dolor que produce es muy fuerte, ya que el dedo es un lugar con numerosas terminaciones, muy sensible y llena de microorganismos, por lo que además de que es más difícil que la herida cicatrice, el dolor es más intenso que en otras zonas.
La tendencia está teniendo gran acogida en Instagram, donde las más atrevidas ya presumen de varias opciones: una perforación doble, con salida y entrada del pendiente, o una perforación simple, con una sola abertura.