El cantante de Angels ha confesado las terribles secuelas que sufre a raíz de la enfermedad mental que le diagnosticaron hace unos meses. Según ha asegurado, se encuentra en un auténtica "montaña rusa" de emociones: "A veces esto me abruma y otras es como una herramienta que necesito para subirme al escenario. A veces siento que vivo en felicidad y eso es genial".
A finales del año pasado, Robbie Williams (44) reconoció que sufría unas anomalías en el cerebro, lo que le llevó a retirarse de los escenarios por un tiempo. Ahora, el cante y actor ha revelado los efectos que le han causado en su mente: "Tengo una enfermedad que quiere matarme y está en mi cabeza, así que tengo que protegerme de eso".
Además, Williams ha asegurado que ha estado a punto de morir "muchas veces" y que teme por su vida. El artista ha confesado que uno de sus grandes temores es quedarse solo porque cree que terminará por arruinar su vida.
"La mayoría de las veces soy humano, tengo una experiencia humana, trato de lidiar con las pruebas y lo que sucede dentro de mis oídos", ha asegurado el cantante, quien permanece firme en su lucha contra sus problemas mentales.
A todo esto se le añade el fallecimiento de su gran amigo George Michael, con el que vivió numerosas experiencias y pasó difíciles momentos, sobre todo por su adicción a las drogas: "Ha sido una montaña rusa muy similar, y echo de menos a George Michael. Me gustaría que estuviera aquí de nuevo. 2016 fue un año terrible, todos los héroes de todos desparecieron. Me he dado cuenta de que no soy inmortal", ha sentenciado.