
El famoso puerto de Mónaco y su club náutico no son los únicos lugares para disfrutar del icónico estilo de vida del principado. Esta pequeña ciudad tiene una amplia gama de locales y restaurantes donde disfrutar de una deliciosa comida, pero sobre todo de un ambiente hedonista y exclusivo.
El Monaco Yacht Club
Fundado por el difunto Rainiero III, el Príncipe de Mónaco, esposo de Grace Kelly, es uno de los clubes privados más exclusivos del principado. Entrar requiere dos patrocinadores, la aprobación del presidente del club, el Príncipe Alberto II, y una tarifa que el club declina divulgar. En temporada alta, el Monaco Yacht Show es el lugar donde se encuentran oligarcas rusos, titanes chinos de la industria, capitanes, tripulantes y medios de comunicación. Durante el resto del año, es el lugar de reunión de los miembros de la familia real.
Para aquellos que no son socios, existe una posibilidad de conocer el fantástico edificio del club, diseñado por Foster + Partners a través del Wine Palace, un lujoso bar que cuenta con 3.200 botellas de vino, champán y licores frescos en sus estantería. Los precios comienzan desde solo 10 euros por botella y un promedio de alrededor de 40 euros. El menú de comida presenta una variada bandeja de quesos, foie gras, tartines, pescado ahumado.
Maya Bay
Un conocido restaurante japonés-tailandés que destaca por los productos frescos y muy poco cocinados. Las reservas son esenciales, especialmente si desea sentarse fuera. Hay un comedor interior con una docena de mesas y candelabros que están colgados del techo de color rojo oscuro, además de un pabellón de madera en el tranquilo jardín de la parte de atrás.
Sass Café
De inspiración mediterránea, este restaurante es una excelente opción para cenar. Sirve recetas tan delicadas como tagliolini con gambas y róbalo o lubina provenzal. Una recomendación es llegar a última hora porque es cuando se transforma en una alocada pista de baile: "Verás a directores ejecutivos y multimillonarios bailando en las mesas. Esta es la experiencia por excelencia de Mónaco", explica una de sus clientes.
Club de playa de Montecarlo
Para hacerse una idea sobre este club hay que pensar en sillas con hermosos cojines de rayas blancas y azules y vistas espectaculares desde la terraza, especialmente al final del día, cuando el sol comienza a ponerse detrás de las montañas. Nicolas Bellavance-Lecompte, cofundador de la feria de diseño Nomad Monaco, dice que el mejor momento es el del aperitivo: "Me gusta el negroni, y para comer, tengo el barbagiuan, un buñuelo con acelga y ricotta, que es muy Monaco .
Buddha Bar
El lugar que alguna vez fue el hogar del bar cabaret del casino de 154 años de antigüedad, es ahora un local donde la gente va a comer sushi y se queda hasta los mojitos. También es el lugar idóneo para escuchar música y bailar junto a una multitud de jóvenes creativos en tecnología y medios sociales. No obstante, olvídese la sudadera con camisa o el polo deportivo tan propio de Silicon Valley, aquí esmoquin o un abrigo deportivo de lino.
Odisea
Durante el día, este restaurante diseñado por Karl Lagerfeld es solo para los huéspedes del hotel. Sin embargo, las noches desde mayo a octubre, el restaurante al aire libre está abierto para todos. Es un contraste discreto con los restaurantes formales de Robuchon dentro del hotel; la tarifa es más simple y estacional. Los comensales, suelen ser treinteañeros, una mezcla de parejas, familias y amigos para una cena refinada pero relajada.
En la carta suele haber medallones de langosta y risotto de berenjena, sándwiches, carnes a la parrilla o ensaladas con atún blanco y anchoas. Un punto a destacar son cualquiera de los cuatro cócteles inspirados en las fragancias de Givenchy.