
Donald Trump es el presidente de Estados Unidos, pero los principales puntos de su programa -frenar la inmigración, aumentar el uso de combustibles fósiles, acabar con los acuerdos de libre comercio- son muy impopulares entre la mayoría de los ciudadanos de su país, según una encuesta de la cadena NBC y el Wall Street Journal publicada este martes. Más, incluso, que el propio Trump, ya de por sí el presidente peor valorado tras los primeros 100 días desde que hay registros, con apenas un 40% de aprobación.
Según la encuesta, un 60% de los estadounidenses cree que la inmigración es positiva para la economía y el desarrollo del país, frente a un 32% que la rechaza. La cifra de apoyo, un máximo histórico, ha aumentado de forma notable desde las elecciones. Como comparación, en 2006 los dos bandos estaban igualados, con un 45% a favor y en contra, mientras que en las anteriores elecciones, en 2012, los defensores de la inmigración ganaban por un estrecho margen de 8 puntos, 47% a 39%.
El apoyo al libre comercio y a los tratados internacionales también ha aumentado, pese a la retórica proteccionista del nuevo presidente, que ya ha acabado con el acuerdo TPP, ya firmado, y que se prepara para renegociar el TLCAN con México y Canadá. Según la encuesta, un 57% de estadounidenses cree que el comercio internacional es bueno para ellos, frente a un 37% que prefiere imponer aranceles. Antes de la entrada de Trump en la carrera presidencial, en 2015, el margen era menor: 51% a 41% a favor del libre comercio.
Apoyo al intervencionismo estatal
Pero el tema que más debería procupar al Partido Republicano es la pregunta sobre cuál debería ser el grado de intervención del Gobierno en la economía y la sociedad. Un 57% cree que el Estado es demasiado pequeño y que los servicios y el gasto público deberían crecer, frente a un 37% que mantiene la línea tradicional republicana de que el Gobierno debería ser aún más pequeño y dar aún más poder a la iniciativa privada.
Esta cifra es un máximo histórico para esta pregunta y, sobre todo, un giro completo respecto de la situación que existía hace unos pocos años. En 1995, dos años después del final de la era de dominio republicano iniciada por Ronald Reagan, que había dicho que "las palabras más terroríficas del idioma inglés son 'vengo del Gobierno y estoy aquí para ayudar'", los estadounidenses preferían a la iniciativa privada por un margen de 62% a 32%, casi el doble. En 2010, en el auge del movimiento conservador del 'Tea Party', la iniciativa privada ganaba por 48% a 43%. Y en 2013, tras la reelección de Barack Obama, el resultado era un empate a 48%. En cuatro años, el apoyo a la intervención del Estado en la economía ha aumentado 9 puntos y los defensores de la iniciativa privada han caído en el mismo margen.
Otro de los asuntos en los que el punto de vista republicano ha caído a la minoría es el cambio climático. Un 67% de los ciudadanos, máximo histórico, cree que es necesario tomar medidas para detenerlo, frente a un 32% que cree que no hay suficientes pruebas, mínimo histórico. De hecho, solo el porcentaje de estadounidenses que cree que es "muy urgente" tomar medidas contra el calentamiento global -un 39%- ya es mayor que el de escépticos.
Por último, respecto a la que hasta ahora ha sido la prioridad legislativa de Trump, la reforma sanitaria, los números no son nada favorables. Un 51% de los encuestados defiende mantener la Ley de Sanidad Asequible, el 'Obamacare', con pequeñas modificaciones, frente a un 18% que apoya su eliminación sin reemplazo y un 29% que querría reemplazarla, la opción que defiende el presidente.
Y la Ley de Sanidad Estadounidense, el fracasado plan de reforma que los republicanos están intentando resucitar sin demasiado éxito, no parece ser la mejor solución: un 50% la rechaza de plano, frente a apenas un 21% que cree que sería una mejora frente al sistema actual. Una encuesta de Quinnipiac en marzo situaba el apoyo al plan republicano en un 17%, un dato muy similar. Cada día que pasa, es menos probable que logre convencer a sus legisladores para que apoyen el proyecto.