El chicle está asociado con una mejor recuperación de la función intestinal después haber pasado por una operación quirúrgica total o parcial de colon. A la hora de mascar chicle se engaña al sistema digestivo como si estuviéramos ingiriendo comida.
El chicle estimula sus nervios, provocando la puesta en marcha de las hormonas gastrointestinales y un aumento de saliva.
Reduce el flato
En el estudio se analizaron datos de158 pacientes, quienes se tomaban tres chicles al día durante 45 minutos y después de haber pasado por la operación, para después compararlo con quienes no lo hicieron.
Así, los pacientes que mascaban chicle tenían un porcentaje del 0,6 por ciento menos de flato y un porcentaje de 1,1 por ciento menos de tener movimientos intestinales, símbolos de una reducción de la función intestinal.
La obstrucción postoperatoria está considerada como una respuesta inevitable de la cirugía abdominal que provoca la mayoría de los dolores en los pacientes tras la operación, ocasionando también distensión abdominal, nauseas, vómitos o retortijones. Su impacto es tal que, por ejemplo, en Estados Unidos se gastan en torno a mil millones de dólares para abordar este problema.
Además, gracias a los chicles se consiguió reducir la estancia media de estos pacientes en los hospitales en un día, aunque en este caso los autores del estudio advierten de que la eficacia no está debidamente contrastada.