
A la tercera vino la vencida. Hasta ahora el secretario de Política de Podemos y 'número dos' de la formación, Íñigo Errejón, contaba las campañas electorales organizadas por él como notables éxitos. Sin embargo, el varapalo sufrido en las catalanas del 27S representa un revés en la estrategia del joven político. EN DIRECTO | Reacciones a las elecciones del 27S en Cataluña.
Alabado por su instinto político y su capacidad para, pese a esta juventud, planificar la estrategia electoral de una formación emergente, Errejón dio con la clave en las europeas de mayo de 2014. Unos comicios a los que Podemos llegaba como una fuerza desconocida que hizo su campaña con menos fondos que el resto de partidos, obtenidos en su mayoría por las aportaciones ciudadanas, y sabiendo aprovechar el influjo de Internet con las redes sociales.
La obtención de cinco eurodiputados, los mismos que la veterana IU, proyectó la imagen del partido, que pronto se colocó como primera fuerza en todos los sondeos. Menos de un año después llegaban las elecciones autonómicas y municipales del 24M, en las que Errejón volvió a hacerse cargo de la campaña. Aunque el partido no arrasó ni se hizo con ningún gobierno autonómico, alcanzó representación en comunidades clave y decantó el cambio de gobierno en muchas de ellas.
Otro tanto ocurrió en las locales. Pese a que Errejón se mostró más partidario, en un primer momento, de seguir apostando por la marca Podemos, algo que quedó soterrado bajo confluencias como Ahora Madrid o Barcelona en Comú, los resultados de esta primavera quedaron lejos de considerarse un 'batacazo' como los de ayer en Cataluña.
Tras conformar su alianza con ICV en la candidatura de Catalunya Sí que es Pot, Podemos abrazó como líneas maestras de campaña la defensa de los derechos sociales y del derecho a decidir de los catalanes, pero desmarcándose de la independencia. Aunque los sondeos auguraban unos resultados para la confluencia de unos 20 escaños, finalmente han sido 11 los obtenidos, los mismos que el PP de Xavier García Albiol y lejos de los 16 del PSC, partido al que Iglesias y Errejón confiaban en sobrepasar haciéndose con gran parte de su electorado.
Aunque las causas de este mal resultado son diversas, todo apunta a factores como el perfil bajo y el desconocimiento público del cabeza de lista, Lluís Rabell, así como la ausencia de la marca Podemos en el nombre de la candidatura o el hecho proponer un debate centrado en los derechos sociales en una campaña electoral muy polarizada por el sí o el no a la independencia. Errores de campaña como el de la candidata que insultó a una simpatizante o la discreta proyección de los miembros de ICV tampoco han ayudado.
La casi omnipresente presencia de Iglesias en la campaña, dejando momentos llamativos como su canción india o las referencias sexuales a Artur Mas, así como la constante supervisión de Errejón de todo el proceso, haciendo valer, además, sus conocimientos de catalán, no han servido para sacar un buen resultado en unos comicios que el propio secretario general de Podemos calificó de "parrilla de salida para las generales".
Este fracaso ha sido reconocido públicamente por Iglesias, que además ha admitido que el partido sale en una posición de desventaja, aunque ha asegurado confiar en la remontada: "A veces el que sale tercero, gana la carrera". Por su parte, Errejón, que previsiblemente se ocupará también de la campaña por las generales, no ponía paliativos a la derrota de ayer: "El resultado en CataluÑa no cumple las expectativas. Toca analizar, mejorar y redoblar la apuesta: primero la gente, soberanía popular".