Todos

Ibiza, o cómo hacerse de oro gracias a la gente guapa

Los 'hippies' la lanzaron al estrellato y ahora sus hijos la idolatran. En menos de 40 años este oasis mediterráneo se ha convertido en un destino turístico estrella y en corazón de grandes negocios.

No había pasado ni una hora desde que el Spanair que me había recogido en el aeropuerto de Madrid-Barajas había aterrizado en Ibiza, cuando empecé a comprender por qué la mayoría de la gente anda "enamorada" y encaprichada con darse una vuelta o afincarse durante una temporada en la isla balear. En apenas 60 minutos, me habían conquistado sus casas blancas, sus montañas verdes, sus contrastes y el color del Mediterráneo: sin faltar; bastante más cristalino que en la costa peninsular. También había sucumbido al toque fashion porque, como si fuera lo más habitual del mundo, ya me había cruzado con varios famosos.

Así que de repente, mientras en la radio sonaban algunos éxitos de Amnesia -una de las grandes discotecas de Eivissa- prometiendo una noche de fiesta sin tregua, reflexioné que no sólo se me había pasado elestrés, sino que empezaba a plantearme si merecía la pena dejarlo todo, colgar el bolígrafo, el bloc de notas y las ruedas de prensa, montar un chiringuito y pedirle al sol ibicenco que se convirtiera en mi esposo "hasta que la muerte nos separara".

Nacer en los 70

El único problema es que todos los negocios que se me ocurrían con el suficiente cuerpo como para permitirme sobrevivir en la isla -algo que no es demasiado barato- aparecían, unos detrás de otros, pegados a la carretera por la que discurría el Fiat Punto que, a razón de 40 euros al día, más lo que costara la gasolina sin plomo que fuera capaz de quemar, conseguí alquilar en el aeropuerto.

Comprendí que me había retrasado en tomar esa decisión vital un par de generaciones. "Ahora es difícil montar un negocio en Ibiza porque existe de todo, salvo que sean inmobiliarios", explica Ramón Guiral, uno de los tres socios fundadores de Café del Mar.

Este local, del que ha nacido una cadena de franquicias y un sello discográfico, ha conseguido ser conocido a lo largo y ancho del mundo y constituirse como una parada indispensable de todo amante de la música chill-out que pone sus pies en Ibiza. Las raíces de Café del Mar y su residencia principal se encuentran en el pueblo ibicenco de Sant Antoni de Portamany, donde nació hace 25 años con la filosofía de "poner música a la puesta de sol". Se ha construido por el empeño de tres zaragozanos que decidieron a mitad de los 70 irse a trabajar a la isla.

"Entonces sólo se pinchaba música de baile cañera, pero no existían locales en los que uno se pudiera relajar, hablar con los amigos y disfrutar al son de ritmos más tranquilos", explica Ramón Guiral. ¿Elegir el lugar? Fue un gran ejemplo de la sabiduría que esconde el refranero español. Se trató de un mero "saber estar en el lugar oportuno en el momento adecuado", tal como relata Guiral.

"Yo vivía en el segundo piso del edificio en el que ahora está Café del Mar y veía unas puestas de sol espectaculares, muy especiales. El local de abajo se vendía y convencí a mis socios de que debíamos comprarlo. Llamamos a Lluis Guell para que nos diseñara un interior adaptado a la idea de que cuando el sol bajara se escuchara música".

Ramón reconoce que, a partir de aquel momento, gracias a la tozudez de los socios y a varias casualidades -el embrión de la discográfica empezó a formarse cuando algunos clientes les pidieron que les grabaran en casete las sesiones musicales- las cosas fueron rodadas. Hoy lanza al mercado entre 70.000 y 80.000 CD de cada disco que produce. Y su línea primigenia "Café del Mar" ya va por el volumen 13, del que en tan sólo en dos meses ha vendido más de 100.000 copias. También el negocio de franquicias va viento en popa: en agosto abrirá una en Singapur y espera llegar a las 20 pronto.

I 'love' Pacha

El número de franquicias que busca alcanzar Café del Mar la superó hace mucho tiempo Pacha, la discoteca, o el "club", como prefiere definirla Francisco Ferrer Arabi, director de Pacha Ibiza. La ibicenca es la "niña bonita" del grupo y la única, junto a la de Sitges, que no es una franquicia del grupo del empresario Ricardo Urgell.

En la isla abrió sus puertas en 1973. Es la única gran discoteca de Ibiza que no cierra tras el verano y emplea a 300 personas. Aunque con los años ha crecido en tamaño -tiene capacidad para albergar a 4.000 personas- "siempre se ha respetado la estructura de casa payesa con la que inició su andadura", revela Ferrer. Otra de las claves de su éxito es que las cabezas visibles de la discoteca son estables -de media llevan trabajando entre 10 y 12 años- "algo que permite conocer personalmente a los clientes", afirma Ferrer. Este trato cercano es uno de sus grandes aliados, porque ha convertido a Pacha Ibiza en el centro neurálgico nocturno de la "gente guapa" de la lista - un as de oros para atraer curiosos-. Francisco Ferrer reconoce que Pacha Ibiza es un gran negocio. "Solo cada vip- caben 1.000-se gasta de media 300 euros una noche", apunta. Ahora van más allá. Acaba de inaugurar un hotel Pacha, que huele a filón. Ya le han pedido franquicias para otros destinos.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky