NUEVA YORK (Reuters Health) - Comer mucha comida rápida y hacer muy poco ejercicio puede destruir el hígado, según los resultados de un pequeño estudio efectuado en Suecia.
En el estudio, 18 voluntarios adultos, saludables y en buenestado físico que restringieron su actividad física a no más de5.000 pasos diarios y que consumieron comida rápida al menosdos veces al día durante cuatro semanas mostraron signos clarosde daño hepático. También subieron de peso.
Otro grupo de voluntarios, que coincidía con los miembrosdel primer grupo en edad y género, mantuvo una dieta normal yno desarrolló síntomas de problemas hepáticos ni engordó.
El equipo del doctor Fredrik H. Nystrom, del HospitalUniversitario de Linkoping, en Suecia, dio a conocer sushallazgos en la revista médica Gut.
Los investigadores diseñaron su "desafío de la comidarápida" para ver qué impacto tenía sobre la salud del hígadoduplicar la cantidad de calorías consumidas a diario y aumentarel peso corporal entre un 10 y un 15 por ciento.
Luego de las cuatro semanas de seguimiento, losconsumidores de comida rápida habían engordado en promedio unos6,5 kilos. Cinco aumentaron su peso un 15 por ciento y unapersona subió 12 kilos en sólo dos semanas.
Asimismo, después de sólo una semana de seguir la dieta decomida rápida, las pruebas sanguíneas mostraron aumentosimportantes en la enzima hepática llamada alaninaaminotransferasa (ALT). Los niveles de la ALT se cuadruplicarondurante las cuatro semanas del estudio.
Los médicos suelen usar los aumentos en la ALT y otrasenzimas para diagnosticar enfermedad hepática antes deldesarrollo de síntomas. En 11 de los voluntarios sometidos alrégimen de comida rápida, los niveles de la ALT alcanzaronniveles que sugerían daño en el hígado.
Los aumentos en la enzima ALT se relacionaron con elincremento de peso y el mayor consumo de azúcar ycarbohidratos.
Tener demasiada grasa en el hígado es otra señal de daño.
Sin embargo, sólo uno de los consumidores de comida rápidadesarrolló un "hígado graso", aunque los resultados de laspruebas en otros participantes revelaron un aumento importanteen el contenido graso de las células hepáticas, lo que serelaciona con la resistencia a la insulina, precursora de ladiabetes.
Ninguno de estos cambios se observaron entre los pacientesde la cohorte de comparación, que llevaron adelante una dietanormal.
FUENTE: Gut, febrero del 2008