
Power Balance, la compañía que ha vendido millones de pulseras del equilibrio en todo el mundo, se ha acogido al capítulo 11 de la Ley de Bancarrota estadounidense (el mismo al que se acogió Lehman Brothers) en quiebra al tener que indemnizar con 57 millones de dólares a un grupo de consumidores estadounidenses que presentaron una demanda contra la compañía por publicidad engañosa.
Sin embargo, la compañía, que adquirió en enero los derechos para poner su nombre al estadio de los Sacramentos Kings de la NBA, ha aclarado que no va a cerrar, como aseguraba el portal TMZ, que fue el primero en adelantar la noticia.
Además, la compañía ha asegurado que pese a la reestructuración que se van a ver obligados a realizar, están vivos y bien, y han aprovechado para lanzar un nuevo producto, el mouthgear, un protector buscal.
La pulsera Power Balance, una banda de silicona o neopreno con un holograma, se vendía en EEUU a 30 dólares (unos 22 euros) con la promesa de que equilibraba la energía natural del cuerpo.
Proceso contra Power Balance
El proceso en EEUU contra Power Balance se inició en enero pasado, cuando un grupo de consumidores que se sintieron engañados presentaron una demanda colectiva contra la compañía argumentando que las pulseras no tenían más poder que el que se puede atribuir a un simple trozo de goma.
En diciembre, la compañía admitió en Australia que su producto es un timo: "Hemos asegurado en nuestra publicidad que las pulseras Power Balance mejoran la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad. Admitimos que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen nuestras afirmaciones".
"Si usted siente que ha sido engañado por nuestras promociones, queremos pedirle disculpas sin reservas y ofrecerle un reembolso completo".
En noviembre de 2010, la Junta de Andalucía impuso una multa de 15.000 euros a Power Balance por publicidad engañosa tras la demanda presentada en abril de ese año por la asociación de consumidores Facua, que consideró la sanción "ridícula", teniendo en cuenta que Power Balance ha vendido más de 300.000 pulseras en España.
Un mes después, en Italia, la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCM) imponía una sanción de 350.000 euros, 23 veces más, también por publicidad engañosa, a los fabricantes de las pulseras milagro.