En cualquier plantilla de cualquier equipo grande existen dos tipos de cracks: los importantes y los insustituibles. Ejemplo: Cristiano Ronaldo es importante. Xabi Alonso, insustituible. La ausencia del donostiarra frente al Sporting de Gijón evidenció que la única pieza que no puede faltar en el puzzle de Mourinho es él. Los malos resultados y sensaciones cosechadas en los encuentros en los que el 14 no ha estado presente así lo demuestra.
Tres son los ejemplo más evidentes: Mallorca, Sevilla y Sporting de Gijón. En los tres partidos Alonso no partió desde el inicio del once. En los tres, el Real Madrid sufrió muchísimo e incluso, como ocurrió este sábado, cayó con grandes dosis de vergüenza ajena y mal fútbol merengue.
Ante el Sporting de Gijón la concatenación de fallos fue evidente, pero ante todo, hubo un diagnóstico: el equipo echó en falta a Xabi Alonso. Mourinho trató de tapar desesperadamente su ausencia con tres medioscentros (Khedira, Lass y Granero) que no llegaron a generar ni el 50% del fútbol que crea el tolosarra.
Tampoco robaron el balón como lo hace este futbolista con cartel de jugador de salón bajo el que se esconde una estadística palpable. Se trata de uno de los jugadores que más balones roba por choque.
Sin necesidad de aspavientos o de carreras escandalosas. Sólo con su buena posición en el césped y su inteligencia. Además, también es uno de los que más kilómetros hace por encuentro. Xabi va camino de parecerse al jugador 10 que todo entrenador anhela.
Así lo sintió un Real Madrid huérfano de su manija ante los gijoneses, caótico por momentos en tramos del encuentro en el que no supo qué hacer con la pelota y sin ella. Faltaba el capitán que cogiera el timón.
Similares efectos tuvo su ausencia ante el Sevilla o ante el Mallorca. En el caso de los hispalenses, Xabi no pudo jugar por acumulación de tarjetas y los suyos sufrieron de lo lindo para ganar.Lo tuvieron que hacer por la vía del arrebato.
Algo similar sucedió ante los insulares. Xabi fue suplente por rotación y el Real Madrid no encontró rumbo hasta que no pisó el césped. Reacción que culminó Benzemá con una victoria que parecía imposible sin el 14 en el césped.
Un peldaño por encima de CR7 u Özil
Hombres como Cristiano Ronaldo u Özil no gozan de este estatus tan particular. Son trascedentes, sí, pero sin ellos sobre el campo el Real Madrid también sabe ganar y hacerlo, en ocasiones, de modo brillante.
Ocurrió frente al Rácing en Santander o contra el Hércules en el Bernabéu, duelos en los que estos cracks no estuvieron presentes y donde, sin embargo, el Real Madrid encontró la vía para generar juego de muchos kilates.
Acumulación de datos que demuestran una realidad constatable. En este Real Madrid, el verdaderamente imprescindible lleva el 14 y no el 7.
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