Faltaban pocos minutos para las siete de la tarde en Perú cuando un terremoto ha sacudido con fuerza el país. El seísmo de magnitud 7,9 en la escala de Richter ha tenido su epicentro en el mar, y se ha dejado sentir sobre todo en el sur del país, en las ciudades de Ica, Pisco y Chincha
Hasta el momento las cifras oficiales hablan de casi 400 muertos y miles de heridos. En Ica, a 300 kilómetros de la capital peruana, el seísmo ha derrumbado gran parte de los edificios: entre ellos, la cárcel, varias iglesias y el hospital de Santa María del Socorro. En otras localidades, como Pisco o Cañete, los heridos se agolpan en los salas de espera de los centros de salud. La mayoría con fracturas provocadas por los muros caídos de sus propias casas.
El presidente de Perú, Alan García, ha decretado el estado de emergencia en estas regiones; se han suspendido las clases en los colegios, y los funcionarios y policías han cancelado sus vacaciones para colaborar en las labores de rescate y ayuda de los afectados.
En Lima, el pánico se ha apoderado de la gente. El primer temblor, de magnitud 7,9 se ha sentido en toda la urbe. En las calles, todo el mundo ha intentado contactar con los suyos sin éxito, porque las comunicaciones se han colapsado. El terremoto ha llegado a sentirse en algunas zonas de Chile, Ecuador y Colombia.