Las relaciones entre el Partido Popular de la calle Génova en Madrid y las del PP en la calle Compte d'Urgell de Barcelona empezaron a torcerse en marzo de 2001. Por aquel entonces, un envalentonado Josep Piqué , aspirante a presidir el partido en Cataluña, pensaba que sus correligionarios en la capital de España aceptarían el giro catalanista que había impregnado para ganar terreno en una zona hostil, Cataluña.
Piqué consiguió añadir la "C" en el congreso regional celebrado en septiembre de 2000 y romper con el españolismo heredado de Aleix Vidal-Quadras para atraer a los empresarios catalanes, en busca de un centro aliado con la CiU de Jordi Pujol, que rompiera con la imagen derechista y recuperara los 180.000 votos catalanes perdidos tras la UCD de Adolfo Suárez. Pero el experimento no cuajó en Madrid.
Desde entonces hasta su dimisión, ayer, Piqué ha navegado contracorriente, sorteando a la vieja guardia del PP: Ángel Acebes, Eduardo Zaplana y Mariano Rajoy.
Dimite porque no puede decidir su equipo en Cataluña, con lo que se elimina su idea de PP federal que deja hacer a las autonomías. Rajoy impone el centralismo. Piqué llevaba seis años al frente del PP catalán pero también fue un hombe clave de José María Aznar en el Gobierno. "La proyección que nunca ha conseguido en Cataluña la ganó en Madrid como responsable de cuatro ministerios", aseguró ayer a este diario un alto dirigente del PP. Casado y padre de tres hijos, inició su carrera política antes de afiliarse al PP. José María Aznar le puso al frente del Ministerio de Industria en su primer gobierno, en 1996, cuando no tenía carné de militante. En 1998 compaginó Industria con el cargo de portavoz y en el año 2000 pasó a Exteriores durante dos años, en los que se alejó del eje París-Berlín para abrazar a Estados Unidos. Fue Piqué quien estrechó las relaciones con George W. Bush, que derivaron en el apoyo español a la guerra contra Irak.
Siendo ministro capeó un temporal por las acusaciones por su gestión como presidente de la química Ercros en 1992. Fue exculpado y la Audiencia Nacional archivó el caso Ertoil. Su última etapa como ministro la pasó en Ciencia y Tecnología, heredada de Ana Birulés, de 2002 a 2003. A partir de este último año se dedicó a Cataluña como líder del PP, cargo al que accedió en 2002. Su giro catalanista le aupó algo en las elecciones, pero el partido nunca ha conseguido capilarizarse en esta comunidad.
Presidió el Círculo de Economía de Barcelona en 1995. Se afilió en 1999 al PP y en los últimos años del Gobierno de Aznar se acercó al ministro de Economía Rodrigo Rato. Apreciado por el empresariado influyente catalán, Piqué ha recibido apoyos no declarados en público para presidir La Caixa, que nunca confirmó. Tampoco se ha entrometido en la carrera de fondo de Isidre Fainé para presidir la primera caja española. Quizá ahora que deja huérfano al PP catalán, Piqué vuelva a la empresa de la mano de alguna entidad financiera...