Tan sólo han hecho falta 10.000 simples palabras para desatar la ira de Wendi Deng, que parece haberse acostumbrado demasiado pronto a las prácticas periodísticas de su marido, el todopoderoso Rupert Murdoch.
En plena batalla por hacerse con una de las cabeceras más importantes del mundo, el Wall Street Journal, la compañera asiática del septuagenario no dudó en frenar la publicación de un perfil sobre ella escrito por Eric Ellis en la revista dominical de uno de los diarios de mayor tirada en Australia, The Sydney Morning Herald.
Esta afirmación sólo queda corroborada en los mentideros sociales y que Murdoch contase con una participación del 7,5 por ciento hasta hace apenas unas semanas en el rotativo, es un dato a tener en cuenta.
La mano de Murdoch
No hay que preocuparse, finalmente el perfil de Deng verá la luz en la revista The Monthly y promete un jugoso viaje al pasado de esta mujer nacida en China allá por 1969.
Desde su austera infancia en un país todavía sumido en el comunismo hasta su afición por los hombres casados y su escalada al Olimpo de los multimillonarios de la mano de Murdoch, con el que tiene dos hijas a pesar de que el gurú fue sometido a un duro tratamiento contra un cáncer de próstata hace siete años que podría haberle dejado estéril.
Los escarceos de Wendi
Lo curioso es que una de las más sangrientas declaraciones sobre Deng fue escrita por el Wall Street Journal. ¿Tardará mucho Murdoch en quemar la hemeroteca del rotativo con el permiso de los Bancroft? El diario habló con Joyce Hinton, una mujer cuyo marido, Jake Cherry, ex ejecutivo de Unicef, tuvo un affaire con Deng, cuando ésta se mudó a estudiar a Los Ángeles. Refiriéndonos a los hechos, Jake abandonó a su esposa para contraer matrimonio con la joven asiática, que pronto se dejó seducir por las artes amatorias de un veinteañero, lo que provocó una precoz separación.
Eso sí, previamente Deng se aseguró de conseguir su green card para poder permanecer en el país de las oportunidades y, por eso, no aceptó el divorcio hasta siete meses después de casarse. Joyce Hinton asegura que Deng, a la que califica de "bruja", desapareció de golpe y plumazo "cuando no pudo mostrar pruebas fehacientes sobre la posesión de un título de bachiller válido en EEUU", aunque está demostrado que Deng estudió un máster en la prestigiosa universidad de Yale y que los Cherry esponsorizaron su visa de estudiante para ser admitida previamente en la Universidad de California.
No hay que hacer leña del árbol caído pero sus compañeros en Star TV, donde comenzó a trabajar como becaria en 1996 tras un encuentro aéreo de vuelta a Hong Kong con el ejecutivo de la cadena Bruce Churchill, no dudaban en destacar su afición por hacer nuevos amigos, en especial entre los altos cargos de la compañía.