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"Quiero aprovechar la experiencia de Madrid y París en alta velocidad"

El secretario de Transportes de EEUU con Blanco.

El secretario de Transportes de Estados Unidos se ha quedado impresionado del AVE español, una tecnología, de la que asegura, Obama quiere importar de España para el desarrollo ferroviario estadounidense.

Ray Lahood, secretario de Transportes norteamericano, visita Europa esta semana para asistir, entre otras cosas, al Foro Internacional de Transportes que se celebró en Leipzig (Alemania) entre el pasado martes y ayer. En Francia, se reunió con su homólogo francés Dominique Bussereau, además de con el presidente de la SNCF, Guillaume Pepy. Allí visitó la estación del Este y probó la alta velocidad francesa (TGV) entre París y Estrasburgo.

Ayer y hoy, el turno le toca a España y su visita tiene el objetivo claro de descubrir el AVE. Precisamente a él, un republicano moderado de 63 años procedente de Illinois, que ocupó un escaño entre 1995 y 2008 en la Cámara de Representantes de Washington, le ha encargado el presidente norteamericano, Barack Obama, la realización de uno de los grandes ejes de su plan de recuperación económica: una red ferroviaria de alta velocidad para pasajeros en Estados Unidos.

¿Qué espera de su visita a Francia y España dentro de su gira europea?

Se trata, ante todo, de conocer a los responsables que llevan mucho tiempo implicados en la alta velocidad y han contribuido a desarrollarla. Mi objetivo es aprovechar su experiencia. Es lo que espero de mi paso por París y Madrid y de mi participación en el Foro Internacional. El presidente Obama se ha propuesto verdaderamente lanzar la alta velocidad en Estados Unidos y creemos que son ejemplos a seguir en esta materia. Por eso nos interesan sus conocimientos, los problemas que les han surgido, cómo los han solucionado, el análisis de costes... En EEUU, muchas personas ya han trabajado en la alta velocidad en diferentes estados, pero nunca a nivel centralizado.

¿Han fijado ya el importe de inversión de las futuras líneas ferroviarias?

El plan de recuperación adoptado por el Congreso prevé 8.000 millones de dólares (unos 5.660 millones de euros) para este proyecto, a los que se añaden 1.000 millones anuales (algo más de 700 millones de euros) durante cinco años, registrados en los Presupuestos. En total, 13.000 millones de dólares (9.200 millones de euros) de los fondos federales se han asignado a la alta velocidad. Es una cantidad sin precedentes para el Departamento de Transportes.

¿Y los diferentes trazados?

Hemos identificado una decena de posibles corredores para desarrollar nuevas líneas: California, el Pacífico noroeste, el centro-sur, en Golfo de México, la Red de Chicago, en Florida, al sureste del país, en Keystone, al norte de Nueva Inglaterra y el denominado Corredor del Imperio con Nueva York como punto de partida. Ahora les toca a los Estados y colectividades locales poner a punto proyectos y presentar su candidatura a los fondos federales. Dicho esto, en algunas zonas del país partimos prácticamente de cero. En otras, por el contrario, ya están sentadas las bases, como es el caso de California, donde los expertos llevan más de diez años trabajando en este tema y han definido el trazado y concluido los estudios medioambientales. Somos conscientes de que los fondos desbloqueados por Washington, pese a su magnitud, no serán suficientes. Esperamos atraer inversores privados, pero también contamos con las contribuciones de los Estados y colectividades locales. Los ciudadanos de California ya han aceptado en referéndum que una parte de sus impuestos se destine al desarrollo de la alta velocidad.

¿Dónde y cuándo entrará en servicio la primera línea?

Creo que habrá que esperar entre cinco y diez años. California irá primero, porque va más avanzada. En el corredor noreste (Washington-Nueva York-Boston), la única gran línea rápida de pasajeros del país, la velocidad puede incrementarse en plazos bastante cortos. En Florida, Illinois, Wisconsin y Ohio tampoco partiremos de cero.

¿Están preparada la población para esta revolución cultural?

Absolutamente y Obama lo ha comprendido. Muchos americanos han viajado a Europa o Asia y se preguntan por qué en EEUU no hay trenes de grandes líneas de calidad. Lo que han hecho en Europa -desarrollar un servicio ferroviario rápido, eficaz, económicamente viable y capaz de transportar personas a larga distancia con comodidad-, queremos hacerlo en nuestro país, para que haya otra alternativa al avión, el coche o quedarse atrapado en un atasco durante horas. La subida de los precios del combustible es una motivación suplementaria. Además, este proyecto es coherente con nuestra voluntad de luchar contra el cambio climático.

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