
Castilla y León encara ya la recuperación. La Comunidad rompió en el segundo trimestre la serie de cinco caídas consecutivas que su economía venía arrastrando, con una flamante subida interanual de su PIB del 17,8%, que ha permitido compensar ya el 44% de la riqueza perdida durante la crisis. Y aunque parece que ese crecimiento se contendrá en el tercer trimestre y que, en todo caso, no podrá compensar el abrupto desplome que el PIB sufrió en 2020 por el stand by en el que nos sumió la pandemia sanitaria -7,9%-, las previsiones para el cierre del presente ejercicio no sólo son alentadoras, sino que, además, invitan al optimismo de cara a un 2022 en el que se quieren alcanzar los niveles prepandemia.
Varios de los datos que nos dejaba el periodo comprendido entre abril y junio permiten entrever las que pueden considerarse, precisamente, unas bases sólidas para esa anhelada recuperación. Uno de los más llamativos, el de la demanda interna, que reflejó una subida del gasto en bienes y servicios de los diferentes agentes económicos castellanos y leoneses del 17,4% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Se dispara la inversión
Especial atención reclama el apartado el de la formación bruta de capital -o de la inversión en activos fijos-, que experimentó un repunte interanual del 25,1%, y dentro de él, más aún, el epígrafe relativo a la adquisición de bienes de equipo, donde la subida se disparó hasta el 42,2%. Unos y otros datos, como también el del incremento interanual en un 18,7% del gasto en consumo final de los hogares durante ese segundo trimestre, dejan patente no sólo la confianza empresarial en el reflote de la economía castellano y leonesa, sino también la de los propios ciudadanos en haber superado definitivamente el bache generado por la irrupción de la Covid-19.
Sin abandonar el lado de la demanda, igualmente, alentador puede considerarse el dato sobre las exportaciones que dejó el ciclo abril-junio en Castilla y León, cuyas ventas al exterior de bienes y servicios experimentaron un crecimiento interanual de un 21,9%, frente a la caída del -7,9% que habían arrastrado entre enero y marzo con respecto al mismo trimestre de 2020. En cifras similares (19,3%) crecieron, por otro lado, las importaciones, lo que refleja igualmente la recuperación de flujos con esos mercados internacionales con los que se ha ido generando actividad a medida que avanzaba la vacunación y se levantaban restricciones en los diferentes países.
Casi todos los sectores han empezado a crecer con fuerza, liderados por la industria con una subida del 28,7% interanual
De la considerable mejora que la economía castellana y leonesa comenzó a experimentar en el segundo trimestre de este 2021 tiraron, por otro lado, desde el lado de la oferta, prácticamente todos los sectores -a excepción del primario, cuyo valor añadido bruto sigue instalado en pérdida (-4,2%) con respecto a un año antes-.
Con especial fuerza lo hizo la Industria, un sector que ha venido a confirmar la recuperación que ya inició en el último trimestre de 2020 y que lo ha hecho, además, con contundencia, con un crecimiento interanual en el segundo trimestre del 28,7% sobre el mismo periodo del año pasado. Igualmente, han ejercido de fuerzas tractoras de la economía regional la Construcción y los Servicios, que por fin entran en la senda del crecimiento en positivo -tras cinco trimestres en negativos-, con subidas interanuales del 10,7% y del 16,8%, respectivamente.
En lo que a empleo se refiere, también hay datos que llaman al optimismo. Así, Castilla y León puede congratularse de una subida interanual de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo del 11,5% en el segundo trimestre (0,2% en el anterior), con especial crecimiento de estos en la actividad agrícola y ganadera, así como en la Construcción, y ascensos también en unos sectores de Servicios e Industria que entran por fin en cifras positivas tras cinco trimestres encadenando descensos en este apartado.
Más allá de esa alentadora cifra, la EPA acaba de venir a avalar, con la reciente publicación de los datos relativos al tercer trimestre del año, la franca mejoría que experimenta el mercado laboral de la Comunidad; esos datos no sólo sitúan a Castilla y León entre los territorios en los que, entre julio y septiembre, se produjo un aumento de la ocupación, sino que la colocan como tercera autonomía en la que, en términos interanuales, más se redujo el paro, solo por detrás de Cataluña y Baleares. Así, las nueve provincias castellanas y leonesas habrían registrado 27.100 desempleados menos que en el mismo periodo del año anterior, situándose su tasa de paro en el 10,05%, la cuarta más baja del conjunto autonómico, con una media del 14,57%.
Por si fuera poco, esa esperanzadora senda la refuerzan los números correspondientes al paro registrado a la conclusión de octubre que computa el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y que han contabilizado 2.774 desempleados menos en Castilla y León en el décimo mes del año, colocándose nuevamente la Comunidad en el tercer puesto del ranking autonómico. Y más importante aún, ese descenso deja la cifra total de parados en los 135.968, es decir, en niveles de prepandemia.
Parece claro, pues, que Castilla y León presenta ya unas bases considerablemente sólidas para completar su remontada y afrontar a partir de 2022 la plena recuperación. Así lo corroboran también las previsiones de crecimiento que otorgan a la Comunidad Autónoma distintos organismos.
En este sentido, el propio Ejecutivo regional ha estimado el crecimiento del PIB en un 6% a la finalización del presente ejercicio (y del 4,9% en 2022), una previsión ligeramente más optimista que la que maneja Unicaja Banco, entidad que sitúa ese incremento en un 5,2%, mientras que BBVA Research y Caixabank Research rebajan esas perspectivas, cifrando, en todo caso subidas del 4,9% y del 3,9%, respectivamente.