
El sector del automóvil, sumido en un proceso de transformación hacia la electrificación, tiene un peso fundamental en la economía catalana, ya que esta industria emplea a más de 140.000 personas de manera directa e indirecta y aporta un 10% del Producto Interior Bruto (PIB) catalán
El automóvil es una de las industrias claves de Cataluña y la llegada de los fondos europeos servirá para apuntalar un sector que se encuentra en un proceso de transformación con el objetivo de embarcarse hacia la producción del vehículo eléctrico. La salida de Nissan de Cataluña, prevista para el 31 de diciembre, también mermará la capacidad productiva de la región. Irremediablemente, alrededor de 1.600 trabajadores tendrán que estar unos meses en el paro hasta que se decida qué proyecto de los presentados en la mesa de reindustrialización se queda con las instalaciones de Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca.
Por lo pronto, la mejor posicionada es la automovilística china Great Wall Motors, cuya propuesta de reindustrialización se ha tomado como preferente para quedarse con la factoría de Zona Franca y con la de Montcada. No obstante, la mesa también tiene en la recámara las opciones de Silence y del hub de descarbonización, liderado por la ingeniería catalana QEV Technologies. En un segundo plano queda el grupo belga Punch, quien había propuesto realizar una inversión de hasta 650 millones de euros en dichas plantas y producir más de 75.600 vehículos en 2030. No obstante, la factoría de Zona Franca que tiene Nissan en Barcelona tiene una capacidad productiva de 200.000 unidades al año, lo que supondría utilizar tan solo el 37,8% de la capacidad.
De los 69.528 millones de euros en subvenciones que recibirá España de los fondos europeos, la partida que tiene asignadas las mayores inversiones es la Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada, con un total de 13.203 millones de euros, lo que supone el 18,9% del total.
Great Wall Motors es la opción preferida para quedarse con las plantas de Zona Franca y Montcada que Nissan dejará a final de año
Pero la llegada de los fondos europeos supondrá una ayuda para Seat, quien ya ha comunicado su intención de fabricar modelos eléctricos para 2025. No obstante, el presidente de la automovilística, Wayne Griffiths, ya ha alertado al Ejecutivo en varias ocasiones de que para fabricar eléctricos hace falta demanda.
Y es aquí donde surgen los problemas. El Ejecutivo tiene claro que los únicos planes de incentivo que llevará a cabo serán para la adquisición de modelos de cero o bajas emisiones. Los modelos de combustión (diésel y gasolina) no entran dentro de estos programas de ayuda. Pese a que la demanda de este tipo de vehículos se ha incrementado en los últimos años, todavía es baja si se compara con otros países del entorno. El cliente no se decanta por ellos debido a la falta de infraestructuras de recarga existente. Así, los fabricantes alegan a las eléctricas que han de ser ellas las encargadas de poner las infraestructuras necesarias, mientras que estas se defienden asegurando que para eso hace falta más demanda. Es la pescadilla que se muerde la cola.
El Grupo Volkswagen ha confirmado que España se mantiene como una de las opciones para albergar la fábrica de baterías del consorcio en Europa, tras Suecia y Salzgitter (Alemania). Todo ello lo hizo tras la aprobación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Perte) del vehículo eléctrico y conectado, que movilizará un total de 24.009 millones de euros hasta 2023, de los cuales 4.295 millones vendrán de los fondos europeos y 19.714 procederán del sector privado.
Ahora bien, dicho Perte tiene una serie de condiciones para poder beneficiarse de estos fondos, como crear agrupaciones de empresas con al menos cinco compañías tractoras, que genere impacto en dos comunidades autónomas distintas, que participen un 40% de pymes y que cuente con el apoyo de una entidad proveedora de conocimiento.
Seat prevé iniciar la fabricación de vehículos eléctricos en Cataluña a partir de 2025
Para allanar este terreno, Seat anunció el año pasado una inversión de 5.000 millones de euros hasta 2025 para el desarrollo de su marca homónima y de Cupra potenciando la I+D para el desarrollo de nuevos modelos y la electrificación de la gama de productos, además de mejorar los equipos y las instalaciones de la factoría de Martorell (Barcelona). No obstante, la automovilística no prevé producir eléctricos en España hasta 2025.
El presidente del comité de empresa de Seat, presidente de UGT de Cataluña y primer español en formar parte del consejo de supervisión del Grupo Volkswagen, Matías Carnero, ya reconoció que la marca necesitará un modelo eléctrico para poder sobrevivir.
Apoyo de la industria auxiliar
Esta transición también necesitará contar con el apoyo de la industria auxiliar, capital en el sector de la automoción y con un gran tejido industrial en Cataluña. El problema es que en los últimos meses, compañías como Bosch han anunciado el cierre de las plantas de Castellet i La Gornal y Lliçà d'Amunt (ambas en Barcelona), con cerca de 600 trabajadores afectados. Una decisión que se suma a la tomada por Continental de cerrar la fábrica de Rubí, con 760 empleados. No son las únicas, pues TE Connectivity bajará en abril de 2022 la persiana de su planta de Montcada, con 248 despidos. Según un estudio de KPMG para el Clúster de la Industria de Automoción de Cataluña (CIAC), la contribución del sector del automóvil en 2019 fue de 9.696 millones de euros, lo que equivalía al 10% del PIB catalán. En lo que a empleo se refiere, un total de 143.400 trabajadores estaban relacionados de manera directa o indirecta con el sector de la automoción, lo que equivalía al 4,2% de la población ocupada catalana. Así, por cada puesto de trabajo se generaban otros dos de manera indirecta
De lo que no hay duda es de que Cataluña será una de las principales comunidades en liderar la movilidad eléctrica y los fondos europeos supondrán una inyección importante para asentar esta transformación.