Next Generation

El prometedor futuro de la gran Extremadura: retos y Next Generation

  • Las oportunidades de desarrollo con los fondos europeos deben implicar un crecimiento sostenido
Gregorio Peña, presidente-editor de Editorial Ecoprensa
Madrid

Hablar hoy de Extremadura es hablar de un maravilloso futuro de oportunidades. Cuenta con óptimas cualidades para el crecimiento por muchas razones. Es una autonomía rica en recursos naturales estratégicos. Minerales, agua y sol y unas descomunales posibilidades para fomentar el turismo.

Sólo esas virtudes la colocan en la vanguardia europea de las regiones verdes. Con un presente admirable de crecimiento de los parques fotovoltaicos y una inminente llegada de los parques solares y térmicos, es previsible un aumento exponencial de puestos de trabajo, por la necesidad de mano de obra en su instalación. Ello arrastrará la implantación de otras actividades empresariales que lleven a un crecimiento constante y sostenido, con el consiguiente incremento de la renta per cápita.

Es cierto que Extremadura ha sufrido un declive sociodemográfico (tiene una extensión de 41.635 km2 y 1.057.999 habitantes). En el período de 1950 a 2017, perdió un 20,9% de su población, tendencia que se ha acentuado en los últimos años. Su situación geográfica periférica es un escollo, pero a la vez supone un gran reto llevar a cabo la necesaria y posible reconstrucción de una región con tanto potencial como historia.

Es verdad que Extremadura también ha sufrido el abandono y aislamiento tanto en infraestructuras como de inserción comercial con el resto del mundo. Pero ahora se sitúa ante una evidente gran oportunidad de abandonar el penúltimo puesto en renta per cápita a nivel nacional (19.454 euros) y convertirse en una autonomía donde vivir mejor.

Sin duda, estas nuevas actividades previstas en la región van a contribuir a un desarrollo efectivo, pero éste también tendrá que venir del progreso de las industrias ya existentes y continuar la integración de otras con la agricultura y ganadería, incorporando todo su valor añadido. No estamos ante ninguna utopía. Esto ya ocurre en algunos casos con un éxito considerable.

Por ello, las oportunidades de desarrollo con los fondos Next Generation deben implicar un crecimiento sostenido, partiendo de lo existente y ofreciendo facilidades para que lo nuevo sea bien acogido y prenda como una encina bien plantada.

Las infraestructuras, especialmente el ferrocarril, son imprescindibles para optimizar el comercio de los productos fabricados en Extremadura. Confiemos en que por fin se dé prioridad a este tema para conseguir desbloquear el aislamiento logístico mediante el acceso a los puertos marítimos.

En este contexto, los fondos Next Generation así como el resto de ayudas (FEADER-REACT-EU-PAC y otros) deberían suponer para Extremadura un impulso importante.

En Ecoprensa, y por extensión en elEconomista, decidimos iniciar en Extremadura las jornadas autonómicas sobre los fondos de recuperación, convencidos de la enorme oportunidad que representan para esta autonomía. También porque estamos persuadidos de la enorme disposición de la Junta de Extremadura para aprovechar esta oportunidad. Sin duda, se logrará preparando proyectos realmente competitivos. Sería una pérdida de tiempo alegar injusticias históricas o refugiarse en el pasado.

Estos proyectos se concretan en actividades como la implantación de factorías para fabricar celdas para baterías, semiconductores procedentes de diamantes sintéticos, guantes de nitrilo, un minucioso plan de promoción del turismo y, por supuesto, el Plan Extremeño de Energía y Clima 2021-2030.

Por último, y desde la perspectiva de un diario como elEconomista, defensor y garante de la empresa privada, me permito lanzar algunas consideraciones que ayudarían a evitar que estas oportunidades no acaben como la famosa agenda 20/20.

-1.- La necesidad de prestar ayudas directas a las empresas para que desarrollen la formación laboral propia.

-2.- Establecer ayudas a la internacionalización, que compense o alivien el coste logístico que sufre la empresa extremeña. Ayudas directas para conseguir acceso al mercado mundial.

-3.- Programas de impulso a la transformación digital que reviertan las carencias hoy existentes.

-4.- Dar mayor protagonismo a la empresa privada, frente a organizaciones públicas o parapúblicas. Las empresas son quienes mejor preparadas están para analizar las necesidades y saber resolverlas. Tienen el conocimiento y, por tanto, pueden llevar a cabo con mayor probabilidad de éxito los tres pasos: análisis, respuesta y acción.

-5.- Mirar a la industria instalada, para garantizar su fortalecimiento y crecimiento. No hay que olvidar que quien mejor puede afrontar el futuro es quien garantizó el presente con su actividad en el pasado. No en vano ese conjunto de empresas ha sido capaz de generar un 5,16% del PIB en Extremadura en unas condiciones de aislamiento. Por tanto, son una garantía del buen uso de los fondos de recuperación.

Las iniciativas al amparo de las ayudas Next Generation, que se calculan provisionalmente en 3.000 millones de euros para Extremadura, deben servir, si se hacen bien, para que muchas empresas se fijen en la nueva Extremadura y contribuyan decididamente a revertir el desempleo y la corriente histórica de declive sociodemográfico.

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