
En la cuarta conferencia internacional de la Cátedra Google sobre Privacidad, Sociedad e Innovación, más de una veintena de ponentes de cinco países han sido convocados para hablar de las implicaciones de las últimas reformas europeas en protección de datos sobre el llamado "Big Data" o análisis "inteligente" de datos, la ciberseguridad y la innovación.
El incremento masivo de datos en circulación con Internet y las nuevas tecnologías cada vez más potentes para analizarlos de forma masiva en tiempo real y obtener así información valiosa que las empresas utilizan en su beneficio es una realidad que aporta grandes ventajas sociales y económicas, pero asimismo muchos riesgos en cuanto a los límites de la privacidad personal.
En la inauguración del acto han participado también el catedrático de Derecho Administrativo y titular de la Cátedra Google sobre Privacidad, Sociedad e Innovación de la Universidad CEU San Pablo, José Luis Piñar, como coordinador de la jornada.
La tecnología e Internet lo han cambiado todo, y la exposición pública de la gente se ha disparado, admiten los expertos. Parece que a nadie en su sano juicio se le ocurriría pegar fotos convencionales en formato papel, en donde aparecen amigos, familiares o desconocidos, en el portal de un edificio para que las vea todo el mundo que pasa por allí. Pues bien, en términos prácticos, algo así es lo que está ocurriendo en las redes sociales, explica el catedrático José Luis Piñar.
El tema esencial sigue siendo "la concienciación" social, ha añadido. "Debemos ser conscientes de que nosotros mismos tenemos que ser los primeros defensores de nuestra propia privacidad". Eso no debe generar un estado de alerta continua del ciudadano pensando que puede ser grabado en cualquier lugar, ni verse obligado a cambiar sus hábitos simplemente porque no son "políticamente correctos" en caso de aparecer en las redes sociales su imagen publicada por cualquiera. Se necesitan indudablemente mecanismos que protejan al ciudadano en su intimidad ante la vertiginosa exposición pública que está propiciando la tecnología sin que las personas sean muchas veces conscientes de ello.
Piñar ha valorado especialmente el nuevo reglamento europeo de Protección de Datos, que exige incorporar la privacidad desde el diseño mismo del servicio o producto, es decir por defecto. Ello propiciará que el requisito de la privacidad esté presente en la mente del fabricante o desarrollador desde el inicio mismo de su producción, como ocurre en otras muchas industrias.