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Ni dos meses ni cinco... El mayor estudio sobre inmunidad asegura que la protección contra el coronavirus puede durar años

  • Los contagiados por el primer SARS presentan células inmunes 17 años después
  • Un estudio realizado en Wuhan comprueba que la inmunidad dura nueve meses después
Imagen: Reuters.

La inmunidad del cuerpo ante el coronavirus SARS-CoV-2 una vez ha superado la enfermedad es una de las grandes incógnitas en el tratamiento y gestión de la pandemia. En los últimos meses, múltiples estudios han esgrimido que esta protección de anticuerpos puede durar desde poco tiempo -unas cuantas semanas- hasta seis meses. Sin embargo, el alejamiento en el tiempo del inicio de la pandemia ha posibilitado a los científicos obtener nuevas evidencias. Tres estudios coinciden ahora en establecer un mínimo de un año de inmunidad. El más completo hasta la fecha, además, apuesta porque esta protección se prolongue durante décadas. 

Ocho meses después de la infección por SARS-CoV-2, el virus que provoca covid-19, la mayoría de las personas que se han recuperado todavía tienen suficientes células inmunes para defenderse del virus y prevenir la enfermedad, según un nuevo estudio de investigadores de La Jolla Institute for Immunology (Estados Unidos).

La investigación, que aún no ha sido revisada por otros científico ni publicada en una revista científica, en cualquier caso es el estudio más completo y de largo alcance sobre la memoria inmune al coronavirus hasta la fecha. Además, apunta que la duración de estas células podría durar incluso años, ya que los supervivientes de un anterior coronavirus, el SARS, aún portan ciertas células inmunes importantes 17 años después de recuperarse.

La comprensión de la memoria inmunológica del SARS-CoV-2 es fundamental para mejorar las pruebas diagnósticas y las vacunas, y para evaluar el probable curso futuro de la pandemia. Los investigadores analizaron múltiples compartimentos de la memoria inmune circulante al SARS-CoV-2 en 185 casos de covid-19, incluyendo 41 casos 6 meses después de la infección. El pico de anticuerpos IgG fue relativamente estable durante más de 6 meses. Los picos de memoria específicos de las células B fueron más abundantes a los 6 meses que al mes.

Los humanos producen anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2, células T CD4+ y células T CD8+ en respuesta a la infección del SARS-CoV-2. En estudios de pacientes covid-19 agudos y convalecientes se ha observado que las respuestas de las células T están asociadas con una disminución de la enfermedad, lo que sugiere que las respuestas de las células T CD4+ y CD8+ específicas del SARS-CoV-2 pueden ser importantes para el control y la resolución de la infección primaria por SARS-CoV-2.

Esta inmunidad se ha asociado con la falta de control de la infección primaria por SARS-CoV-2 y un alto riesgo de covid-19 mortal. Los anticuerpos neutralizantes generalmente no se han correlacionado con una disminución de la gravedad de la enfermedad por covid-19, lo que también se observó en el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), causado por la infección del coronavirus humano MERS-CoV.

Memoria adaptativa

Si bien la inmunidad contra los virus solo puede lograrse mediante anticuerpos neutralizantes de alto nivel, la protección contra la enfermedad puede lograrse mediante varios otros escenarios de memoria inmunológica adaptativa. Los investigadores resaltan que los posibles mecanismos de protección inmunológica pueden variar en función de la cinética relativa de las respuestas de la memoria inmunológica y la infección.

Por ejemplo, la hepatitis clínica después de la infección por el virus de la hepatitis B (VHB) se previene mediante la memoria inmunológica activada por la vacuna, incluso en ausencia de anticuerpos circulantes, debido al curso relativamente lento de la enfermedad del VHB.

En el trabajo, 185 personas con covid-19 fueron reclutadas. Los sujetos (43% hombres, 57% mujeres) representaban un rango de casos asintomáticos, leves, moderados y severos de covid-19, y fueron atendidos en múltiples centros sanitarios a lo largo de Estados Unidos. 

Otros estudios defienden la tesis de un año

Hace unos días se ha publicado otra investigación llevada a cabo en Wuhan, epicentro de la pandemia y, por tanto, lugar en el que se puede estudiar cómo funciona el sistema inmune de los contagiados hace diez meses, en el inicio de la pandemia. El estudio ha sido desarrollado por un grupo de científicos del Hospital de Wuhan y del Instituto de Virología del Hospital de Essen, en Alemania. Las conclusiones apuntan a una amplia memoria inmune de las células ante el SARS-CoV-2, a las que clasifican en dos tipos por su diferente comportamiento. 

Según los resultados de la investigación, nueve meses después de haber padecido la enfermedad, el 16,13% de los pacientes analizados había perdido las células tipo T CD4, mientras que un 25,81% ya no contaba con las específicas CD8. En el resto de células no se detectó una pérdida de sus mecanismos de respuesta inmune. Además, el estudio puntualiza que la mayoría de los pacientes que perdieron las células tipo T CD4 sufrieron de modo asintomático el covid-19. 

Por otra parte, un equipo de investigadores liderados por la responsable del laboratorio de virología experimental de la Universidad de Amsterdam (Holanda), Lia van der Hoek, analizó la inmunidad en cuatro cepas de coronavirus estacionales similares al SARS-CoV-2.

Según sus resultados, publicados el pasado mes de septiembre, cada paciente registró entre 3 y 17 infecciones de coronavirus en periodos de reinfección de entre 6 y 105 meses (8,7 años), y los individuos estudiados se contagiaban con el mismo coronavirus estacional 12 meses después de la infección inicial.

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