
La imagen formará parte de la iconografía de estas fechas: Valentina Cepeda, ujier del Congreso de los Diputados y hasta entonces héroe anónima, recibió los únicos aplausos de la sesión extraordinaria del pasado miércoles. Su silenciosa tarea consistió en limpiar el atril de oradores. El reconocimiento honró a sus señorías, igual que las palabras de la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet y los tuits de muchos diputados. El gesto sirve para centrar la mirada en los profesionales que mantienen su imprescindible actividad, aún a riesgo de contagio. Para alegría de este país, y aunque lo peor esté por llegar, como advirtió Pedro Sánchez, también sucedieron un puñado de noticias para ver el vaso medio lleno.
El fin de los televisores de prepago de los hospitales
Otra vez el poder de Internet promete hacer la vida más llevadera a miles de personas hospitalizadas, tanto con coronavirus como con otras patologías. Se trata de la gratuidad de los televisores de prepago de muchos hospitales. Lo piden los pacientes, sus familiares, los enfermeros y los médicos. Y la petición no ha quedado en el limbo. De hecho, esta práctica, propia de otro siglo, tiene todos los visos de desaparecer según se han expresado algunos consejeros de salud de diferentes comunidades autónomas, entre ellas la Valenciana. La primera chispa de la denuncia se publicó hace dos días en el plataforma online Change.org con un argumento incontestable: "Estos pacientes están aislados, sin visitas y, para todo aquel que no haya pensado, están sin televisión, ya que la mayoría funcionan con tarjetas que hay que recargar y como no pueden salir de la habitación, ni tienen visitas que pueden recargar dichas tarjeta, están sin ella". Tras la conquista de los televisores, la siguiente en la lista debería ser el WiFi gratuito. Paso a paso.
Voluntarios para ayudar a preparar la selectividad
Puede ser admirable la capacidad de movilización de las personas cuando nadie puede moverse de casa y se pelea contra un enemigo casi invisible. El más vivo ejemplo lo protagoniza Amaya Vizmanos, una alumna de la Universidad de Navarra capaz de convencer a más de 600 voluntarios para ayudar a preparar la selectividad a los estudiantes de segundo de Bachillerato. Según informa la agencia Europa Press, la joven puso en marcha la iniciativa @yoteayudoconlasele en Instagram con el lema 'Solo tú, pero no tú solo' y así, con la dedicación de todos los colaboradores, miles de estudiantes apurados reciben a diario clases colaborativas, foro de dudas y bancos de apuntes.
Los hoteles medicalizados aportan 9.000 camas
El sector hotelero puede considerarse uno de los más severamente golpeado por la crisis del coronavirus. Lejos de la aflicción, los empresarios se han puesto manos a la obra para poner a disposición de las autoridades sus recursos y habitaciones. Eso sucede estos días en Madrid, con más de 40 establecimientos convertidos en hoteles medicalizados, con personal sanitario procedente de licenciados en medicina pendientes del examen MIR. Estos recintos, con sus 9.000 camas se especializarán en la acogida de pacientes graves y críticos de la comunidad. Porque el esfuerzo merece conocerse, este jueves acude al socorro el Ayre Gran Hotel Colón y el viernes hará lo propio el Hotel Marriot Auditorium.
Los delfines se dejan ver en la laguna veneciana
Que la contaminación se reduzca de forma espectacular en las grandes urbes no puede considerarse ahora un buena noticia. Tampoco la reducción de accidentes de tráfico. Sin duda, cualquier persona en su sano juicio preferiría convivir con las emisiones o dar parte al seguro mucho antes que cruzarse con el virus. Sin embargo, las circunstancias y el cierre de Italia por la pandemia ofrece escenas que nadie recuerda en Venecia. La ciudad de los canales -ahora huérfana de turistas, góndolas vaporettos- aparece estos días retratada en la cuenta Venezia Pulita (Venecia limpia) de Twitter con delfines deslizándose bajo un agua ahora cristalina.
El perro, noble compañero y ahora rey de la calle
Otra noticia de animales. En tiempos de confinamiento, con los movimientos limitados para los asuntos estrictamente indispensables, disponer de un perro viene a ser una suerte de salvoconducto para estirar las piernas por la calle a cualquier hora del día o la noche. Pero mucho antes que este privilegio ocasional, las mascotas proporcionan felices momentos y una impagable compañía para combatir la depresión y la ansiedad. Hasta dicen que cruzar la mirada con el perro eleva la oxitocina y el bienestar de sus dueños. Con semejantes ventajas, resulta normal que la Liga de Rescate de Animales de Worcester (Massachusetts, EEUU) triunfe en Boston con su campaña de adopción de mascotas.