
¿Todavía hay alguien que piense que las secretarias se dedican a llevar los cafés? No sólo ya no lo hacen, sino que cada vez asumen más responsabilidades y ganan poder en la empresa. Han dejado de ser las mujeres para todo y la ayuda administrativa para descargar trabajo, para convertirse en las nuevas ejecutivas y, lo más importante, en la mano derecha del jefe.
"Cada vez ellos tienen más independencia y autonomía y la secretaria acaba asumiendo otras nuevas responsabilidades que hasta ahora no tenía", apunta Elena Gómez, presidenta de Secretariaplus, comunidad virtual que agrupa a este colectivo. La razón de este cambio de rol debe buscarse en las nuevas tecnologías. "Han provocado un cambio de tendencias porque el móvil, la agenda electrónica y el portátil les permite hacer algunas tareas que antes delegaban por ser más pesadas de realizar", explica a este diario Elisa del Pino, presidenta del Consejo Profesional del Secretariado.
En Barcelona se celebra Exposecretaria 2007, una reunión estatal de secretarias para analizar y valorar el nuevo papel que les toca desempeñar en las compañías actuales. Como su propio nombre indica, son "las que saben escuchar y guardar un secreto", pero también son las que mejor conocen al directivo de la empresa y las que saben dónde, con quién y cómo está.
Según un estudio elaborado por Secretariaplus y el Consejo Profesional del Secretariado, un 47 por ciento de las secretarias afirma sin ninguna duda que son las personas que mejor conocen a sus jefes.
Nuevas tareas para ellas
Quizá sea por esto que el papel de la secretaria de antaño ha pasado a la historia. Según el Primer Estudio sobre la relación entre jefe y secretaria en España, las secretarias florero están en vías de extinción y un 65 por ciento de las secretarias nunca se ha sentido como tal.
Son capaces de hacer varias cosas al mismo tiempo, pero también lo son para identificar los defectos y asignaturas pendientes de los jefes españoles. Las más de 3.100 secretarias y ayudantes de dirección que participaron en el estudio coincidieron en señalar que los mayores defectos de los jefes en España son no escuchar, ser autoritarios, no saber delegar, desconfíar de sus equipos, ser muy desorganizados, prepotentes e impacientes. Ahí es nada. Pero además deben mejorar algunos aspectos como la humildad y la empatía.
Algunas áreas de responsabilidad de las secretarias actuales no varían en exceso de las responsabilidades que tenían sus colegas de hace unas cuantas décadas: filtrar llamadas, organizar reuniones, recibir las visitas y gestionar la agenda del directivo son algunas de las más relevantes. Sin embargo, desde hace unos años también acuden a comités y reuniones, cumplimentan trámites para abrir nuevas delegaciones, coordinan temas de calidad y medio ambiente, certificaciones e incluso participan en la selección de nuevos empleados.
¿Demasiado trabajo y poco sueldo?
El 95 por ciento de las secretarias españolas considera que el sueldo que perciben es "bajísimo" y que sus horarios laborales son "maratonianos". Según el colectivo, la responsabilidad y el volumen de trabajo no se corresponde con el sueldo que perciben, que llega a ser un 50 por ciento inferior al de otros países europeos. Por eso, si los jefes fueran el genio de la lámpara, las secretarias pedirían, entre otras cosas, un aumento de sueldo, horarios más flexibles y más delegación, responsabilidad y reconocimiento. Las nuevas ejecutivas de la empresa cada vez tienen más poder y ellas lo saben. Casi un 60 por ciento de las secretarias considera que tienen poder dentro de la empresa por el puesto que ocupan y más de 75 por ciento piensa que el poder de su cargo está en estrecha relación con el estatus de su jefe.
A pesar del buen rollo hay cosas que nunca cambian: los encargos no profesionales del jefe. Las gestiones telefónicas personales (ITV del coche, peluquería o citas médicas), la reserva en restaurantes para comidas privadas y la compra de entradas de espectáculos para las horas libres del superior siguen siendo algunas de las tareas de la secretaria actual.