
Uno de los principales objetivos que se ha marcado Europa en su lucha contra el cambio climático es la reducción de la contaminación por parte del transporte. Actualmente, el marítimo representa aproximadamente el 90% del comercio mundial y el 13% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte en la Unión Europea.
En su comunicado de 2013, Puertos: Motor de Crecimiento, la Comisión Europea pone de relieve la importancia de los puertos en el desarrollo comercial de la Unión Europea, ya que canalizan el 74% de las importaciones/exportaciones de la Unión, y el 37% de los intercambios internos. En particular, en España, los puertos dan transito al 85% de las importaciones y al 60% de las exportaciones.
En este contexto, como explican desde el Centro de Documentación Europea (CDE) de la Universidad de Almería, "los puertos marítimos y fluviales desempeñan un papel importante, tanto como puntos de interconexión en las respectivas redes de transporte, como en calidad de importantes nodos multimodales, centros logísticos y emplazamientos comerciales, que se conectan con otros modos de transporte, conexiones con el interior e integrados con las ciudades".
Por ello, para alcanzar el objetivo de la UE de neutralidad climática para 2050 es indispensable avanzar en la sostenibilidad de este tipo de infraestructuras, principalmente teniendo en cuenta que se prevé que en el horizonte 2030 el volumen de mercancías movido por los puertos de la UE será un 50% mayor que el registrado en 2001, año en el que ya se habían alcanzado los 3.700 millones de toneladas.
Por tanto, se trata de aspirar a lo que se conoce como puerto verde. Son aquellos puertos que desempeñan su actividad teniendo en cuenta no solo el ámbito económico, sino también el medio ambiental y el social. Así, realizan su actividad causando el mínimo impacto, aportando medidas de mejora y control de calidad de aire, agua, ruidos y residuos.
En el caso concreto de España, articulado a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, los puertos contarán con el respaldo de más de 450 millones de euros para proyectos centrados en la descarbonización y la sostenibilidad, sobre todo en lo referente a nuevos combustibles como el hidrógeno, el gas licuado o la electricidad, así como para proyectos de accesibilidad, fundamentalmente orientados a la accesibilidad terrestre.