Las llantas son uno de los elementos más vistosos de nuestros coches pero están expuestas a bordillazos, baches y otros elementos que pueden alterar su buen aspecto.
Cada vez más grandes, de diseños espectaculares y con neumáticos de perfil más bajo, las llamativas llantas de aleación que ahora montan casi todos los coches están cada vez más expuestas a daños producidos por el simple uso. Acercarse mucho al bordillo al aparcar puede arañarlas. Un bache puede dañar su estética en incluso doblarlas ligeramente y el paso del tiempo y la climatología harán que su brillo su pintura pierdan el buen aspecto de cuando se estrenaron.
Además del componente estético, el buen estado de las llantas es primordial para la conducción. Unas llantas ligeramente dobladas, que han perdido los contrapesos del equilibrado o que acumulan demasiada suciedad puedan alterar el comportamiento de nuestro coche, con vibraciones o incluso desviar la trayectoria.
Cuándo es posible reparar una llanta de aleación
En caso de accidente, golpe fuerte o un bache muy profundo que haya doblado ligeramente la llanta, un profesional deberá evaluar si la reparación es posible o no. En casos leves es fácil y económicamente recomendable. De hecho la mayoría de las compañías de seguros trabajan con los talleres especializados en estas reparaciones más conocidos. En el caso de trabajos solo "estéticos", como arañazos o pérdida de brillo es más que recomendable porque el resultado es espectacular con un coste muy por debajo del precio de una llanta nueva.
Existen otros procesos, como el diamantado, en el que partiendo de un color oscuro de la llanta, se mecaniza la parte frontal con un acabado de metal más brillante. Es el tipo de llantas que más habitualmente se suele encontrar ahora en la mayoría de los coches nuevos, que ofrece un aspecto de alta gama y muy deportivo. También se pueden pintar del color que queramos y conseguir acabados más o menos brillantes del metal si realizamos una restauración.
¿Cuánto cuesta reparar una llanta?
Reparar una llanta que esté doblada, sin realizar modificaciones estéticas, cuesta entre 80 y 90 euros por rueda, a lo que habrá que sumar el equilibrado posterior. Pintar las llantas en el color que queramos, el que más de moda está es el negro, cuesta alrededor de otros 90 o 100 euros por unidad. El diamantado está en los mismos precios, alrededor de los 90 o 100 euros por llanta.
Si tenemos en cuenta que una llanta de aleación de 18 pulgadas, las más utilizadas hoy en día no baja de los 350 euros como pieza de recambio de muchas marcas, en el caso de las premium mucho más, la reparación o restauración de las que tenemos merece la pena y mucho, si los daños no son tan profundos como para que un profesional recomiende su sustitución.
