
La Comisión Europea incrementa su escrutinio sobre el sector del automóvil. Bruselas ha impuesto este martes una multa de 458 millones de euros a la Asociación Europea del Automóvil (ACEA) y a 15 fabricantes de vehículos por formar parte de un cártel para no pagar a los desguaces en el final de ciclo de vida del automóvil. Una sanción a la que se verán sujetas firmas como BMW, Ford, Volkswagen o Stellantis pero que ha logado esquivar Mercedes.
El caso afecta al final de ciclo de vida de los vehículos, es decir, a aquellos coches que no son aptos para su uso y, por tanto, deben ser desmantelados, procesados y reciclados. Tras una investigación, la Comisión Europea ha concluido que 16 fabricantes de automóviles, incluida Mercedes aunque finalmente se ha salvado de la multa, y la patronal europea del sector han sellado acuerdos que han limitado la competencia y llevado a cabo practicas concertadas en el final de ciclo de vida de los vehículos.
La infracción a la que se refiere Bruselas se ha producido durante quince años, desde mayo de 2022 a septiembre de 2017. Las firmas automovilísticas implicadas son BMW, con una multa de 24,5 millones euros; Ford, con una sanción de 42,4 millones de euros; Honda, con 5 millones; Hyunday/Kai, con 11,9 millones, Jaguar Land Rover, con 1,6 millones; Tata Motors, con 1,6 millones; Mazda, con 5 millones; Mitsubishi, con 4,1 millones, Opel, con 24,5 millones, General Motors, con 17 millones; Renault/Nissan, con 81,4 millones; Stellantis, con 74,9 millones; Suzuki, con 5,5 millones; Toyota, con 23,5 millones; Volkswagen, con 127,7 millones; Volvo, con 8,9 millones; y Geely, con 4,4 millones así como la patronal europea del automóvil, ACEA, con medio millón.
Concretamente, Bruselas ha concluido que las partes implicadas acordaron no pagar a los desguaces de coches por desmantelar los vehículos. Los fabricantes han pactado que este negocio no era lo suficientemente rentable y, por tanto, han acordado no pagar a los desguaces por sus servicios. Al amparo de una estrategia cero costes, las firmas automovilísticas compartieron también información sensible sobre sus acuerdos con los desguaces y coordinaron sus prácticas para no pagar.
Por otro lado, los fabricantes de coches acordaron no hacer público qué cantidad de un vehículo al final de su vida puede reciclarse, recuperarse y reutilizarse y cuánto material reciclado se utiliza en los coches nuevos. Su objetivo era evitar que los consumidores tuvieran en cuenta la información sobre reciclaje a la hora de elegir un coche.
Mercedes-Benz recibió inmunidad total por revelar el cártel, lo que le ha permitido evitar una multa de 35 millones de euros; Stellantis (incluida Opel), Mitsubishi y Ford se beneficiaron de una reducción de la multa por su cooperación en la investigación. El importe de la reducción depende del momento de su cooperación, así como de las pruebas que aportaron para demostrar la existencia del cártel.