
Han pasado ya varios años desde que la DGT introdujo lo que se bautizó como las ITV móviles. Estas son, básicamente, controles de carretera en la que se somete a controles a ciertos vehículos seleccionados de forma aleatoria o que generan alguna sospecha justificada en los agentes de tráfico.
Los conductores afectados por este tipo de ITV móvil van variando en función de la temporada del año en la que nos encontremos. Por ejemplo, mientras que en verano los más afectados por estos controles son los turismos, en estas fechas lo son los vehículos de transporte, como es el caso de los camiones.
Cabe destacar que, al tratarse de una ITV móvil, los agentes de tráfico de la Guardia Civil no cuentan con los mismos medios que se cuentan en los centros especializados. Es por esta razón, que únicamente se comprueban determinadas cuestiones.
Eso sí, en el caso de que el asunto vaya más allá, y en aquellas circunstancias en las que los agentes de la Benemérita lo consideren oportuno, se procederá a acompañar al conductor y su vehículo a un centro de inspección homologado.
Así es la ITV móvil
El control comienza con una simple verificación de la documentación completa del vehículo. En caso de tratarse de un camión o cualquier otro vehículo de transporte, la observación se complementa con la información del tacógrafo y la ruta.
Además de la mencionada documentación, también se comprueban otros aspectos como por ejemplo la tasa de alcoholemia del conductor, la utilización del cinturón de seguridad o el uso del móvil.

Una vez realizadas estas comprobaciones, se procede con una inspección técnica, realizada a partir de unidades móviles, siendo algunas de ellas alquiladas a centros especializados en ITV.
¿Qué es lo que se comprueba en esta inspección técnica? Pues bien, se comprueban aspectos tan variados como comunes en las ITV, como es el caso de la verificación del peso, la frenada, los gases, la suspensión, la calibración de los faros o la dirección. Además, los agentes de tráfico pueden contar también con una cámara portátil cuya finalidad es comprobar los bajos del vehículo.
La sanción, en caso de que se encuentre en esta ITV móvil algún defecto, puede variar en función de la gravedad, yendo desde los 200 euros hasta la inmovilización completa del vehículo.
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