
El mundo del cine, y de la televisión, están plagados de ejemplos en los que los automóviles han sido protagonistas de muchas películas. Quizá el caso más claro es el de James Bond, el famoso agente 007. Sus impresionantes Aston Martin, pero también Rolls Royce, Citroen 2 CV, BMW, Lotus o incluso Mini han llenado horas de sus películas.
Pero si hay un coche que ha sido protagonista permanente de una saga en torno a un automóvil, ese ha sido el DeLorean, "actor" principal de las tres películas de Regreso al futuro. Ahora, Steven Spielberg ya tiene preparada la cuarta entrega de la saga en la que, por supuesto, el DeLorean sigue siendo protagonista de la aventura.
Regreso al futuro narra la historia de Marty McFly, un adolescente que vive con sus padres y que en 1985, con la ayuda de su amigo, el loco inventor Emmett Brown y su DeLorean con el "condensador de fluzo", consigue viajar en el tiempo hasta 1955. Las dos siguientes películas de la saga se estrenaron en 1989 y 1990.
Ahora llega a los cines la cuarta entrega. Esta película ha sido la que ha lanzado a la fama un coche que, de otra forma, hubiera pasado desapercibido, el DeLorean. Detrás de este coche y de la propia marca DeLorean Motor Company está la historia de un hombre genial, John Zacarias DeLorean.
En la historia de la automoción siempre ha habido un plantel de magníficos ingenieros, capaces de desarrollar las más avanzadas tecnologías. John Zachary DeLorean fue uno de los más brillantes en la primera mitad del siglo XX. Su juventud fue complicada, porque era hijo de unos inmigrantes rumanos que llegaron a EEUU en los años veinte del siglo pasado.
Primero se instalaron en Montana e Indiana, pero posteriormente fijaron su residencia en Detroit, la cuna del automóvil norteamericano, y de ahí su interés por los coches. Educado en una familia muy humilde, que siempre tuvo que hacer equilibrios para llegar a fin de mes, pronto comenzó a destacar. Eso le llevó a conseguir becas para estudiar en los mejores centros académicos.

Tras terminar sus estudios de ingeniería de manera brillante, comenzó a trabajar vendiendo seguros. Una actividad en la que aplicó sus conocimientos de ingeniería, logrando unos resultados magníficos. Esta actividad, aunque muy lucrativa, no le interesó y tras varios trabajos llegó a Chrysler. Allí hizo el desarrollo de una innovadora caja de cambios, con un convertidor de par más eficiente, una verdadera revolución en la época.
Tras pasar por Packard y otras empresas, llegó a General Motors, donde comenzó una carrera meteórica. Eso le llevó a convertirse en vicepresidente de la que entonces era la primera empresa del mundo del automóvil. Su proyecto más importante en General Motors fue el legendario Pontiac GTO. Un coche de altas prestaciones, un muscle car que tomó su denominación de los deportivos de Ferrari (gran turismo omologato).
Tenía un gran potencial en la empresa, pero veía que todas sus ideas innovadoras se paraban por la burocracia salvaje de la compañía. Por ello, lo que DeLorean buscaba era hacer su coche propio, con diseño y tecnología avanzada. Y para poder hacerlo se fue de General Motors en el año 1973.
Fue entonces cuando creó la DeLorean Motor Company, su propia empresa para desarrollar su coche. Y ese es el DeLorean protagonista de Regreso al futuro, conocido internamente en la empresa como DMC-12.
Fue un coche muy avanzado para su tiempo, que incluía puertas en forma de alas de gaviota, con apertura hacia arriba y por su carrocería construida con paneles de acero sin pintura. Además era un coche bastante pequeño, sobre todo en comparación con los coches americanos de la época. En cuanto a su mecánica, un motor V6 de 3 litros y caja de cambios automática o manual de origen Renault. Un coche más cercano al gusto europeo que al de los norteamericanos.
Un vehículo que marcó un antes y después en la industria norteamericana del automóvil por su concepto de construcción innovador. Desgraciadamente, este modelo llegó en un mal momento. La situación económica no era la mejor en esos tiempos y la situación personal de John Zacarias DeLorean tampoco era muy buena. El primer prototipo se mostró en 1976, pero el coche comenzó a fabricarse en serie, por la DeLorean Motor Company, en 1981. Solo un año después se paró su producción. Tan solo se hicieron 8.500 unidades.
Pese a su corta producción es un coche realmente legendario que ha creado una gran expectación a su alrededor. Hay cientos de fans de este coche en todo el mundo que organizan reuniones para disfrutar de su afición. Y un dato muy destacable, de los 8.500 fabricados se calcula que todavía se mantienen vivos más de 6.000 unidades.
El coche, y la marca, podrían haber tenido un gran futuro, pero en 1982 el dueño de la empresa, John DeLorean, fue detenido con un maletín de cocaína y encarcelado. Tres años después fue declarado inocente, puesto que ese maletín se demostró que pertenecía a uno de los agentes del FBI que se ocupó de su detención. Pero la empresa ya estaba en quiebra y fue imposible su relanzamiento. Ese fue el fin del sueño de hacer una empresa de coches diferente en los años ochenta.