
Con el otoño presente y el horario de invierno ya en vigor, las horas de luz se reducen progresivamente, lo que hace que la conducción nocturna sea cada vez más frecuente. En este marco, la Fundación Línea Directa ha presentado un estudio que analiza los riesgos, los accidentes y la percepción de los conductores españoles acerca de la conducción nocturna en la última década. Te contamos todos los detalles.
La conducción nocturna es muy diferente a la diurna, donde la falta de luz, la iluminación de los vehículos e incluso otros factores como el cansancio influyen de manera significativa en cómo conducen las personas durante estas horas. Desde la Fundación Línea Directa han realizado un análisis de la última década sobre los riesgos, la accidentalidad y la percepción de los conductores españoles respecto a la conducción nocturna.
Más de 275.000 accidentes nocturnos con víctimas
En los últimos diez años, se han registrado 276.000 accidentes nocturnos con víctimas, donde más de 6.500 resultaron en fallecimientos. Esta estadística, además, sigue al alza, ya que entre 2013 y 2023 el número de fallecidos anuales aumentó un 24,5%. Esta estadística solo se redujo en 2020 y los años posteriores, a causa de la pandemia. Aunque eso sí, entre 2013 y 2023 sí que se ha observado una disminución del 4,8% en el número de heridos graves.
¿Por qué ocurren estos accidentes?
Desde Línea Directa identifican claramente los factores que provocan estos accidentes. Tras analizar los datos de estos y encuestar a 1.700 conductores, han establecido cuatro puntos clave. El primero es la visión. Durante la noche, la capacidad visual disminuye en un 20%, lo que afecta la estimación de velocidades, la identificación de señales, la visión periférica y aumenta la fatiga ocular.
Otro factor es el deslumbramiento, donde el 88% de los conductores admite haber sufrido alguno. Una situación extremadamente peligrosa, ya que a 90 km/h un deslumbramiento de 4 segundos supone recorrer 100 metros sin control visual. Además, el 6% de los encuestados reconoce responder con la misma acción, y un 2% admite conducir siempre con las luces largas encendidas durante la noche, sin considerar a los demás usuarios de la vía.
El cansancio también juega un papel importante. Las horas más peligrosas son entre las 3 y las 5 de la madrugada, cuando se concentran entre el 15% y el 30% de los accidentes nocturnos. Y en relación con estas horas, el consumo de alcohol y drogas sigue siendo un problema recurrente ya que, según los datos, un 10% de los fallecidos dio positivo en alcohol y un 16% lo hizo en psicofármacos.
Finalmente, la mecanización de la conducción contribuye a que se produzcan este tipo de accidentes. Durante la noche, los conductores tienden a fijarse en las luces de otros vehículos como referencia, lo que disminuye su concentración en la carretera y provoca que conduzcan de forma automática, sin que sean plenamente conscientes del entorno
Motoristas y peatones, dos grupos en peligro
Los peatones y los motoristas se encuentran entre los colectivos más vulnerables durante la conducción nocturna. El 16% de los peatones admite haber vivido accidentes o situaciones de riesgo, y las cifras lo corroboran porque más de 1.500 peatones y 1.300 motoristas perdieron la vida en accidentes nocturnos entre 2013 y 2023.
Sin embargo, a pesar de ser un grupo de riesgo, el 15% de los peatones reconoce no tomar precauciones especiales y un 25% admite cruzar por lugares indebidos. Por ello, desde Línea Directa recomiendan utilizar ropa reflectante al caminar por vías convencionales y asegurarse de ser visibles para los conductores en zonas urbanas.
Los ciclistas tampoco están exentos de peligro. El 12% de los conductores afirma haber tenido accidentes o situaciones de riesgo con ciclistas durante la noche. Para minimizar estos riesgos, se aconseja que los ciclistas sigan las mismas recomendaciones que los peatones y además utilizar una correcta iluminación para las bicicletas
Propuestas y soluciones para evitar la accidentalidad nocturna
Finalmente, los encuestados plantean diversas soluciones para disminuir la cantidad de accidentes y los riesgos que existen durante la conducción nocturna. Un 68% reclama mejorar la iluminación de las carreteras convencionales mientras que el 37% exige prohibir la circulación de ciclistas por la noche en este tipo de vías y un 35% demanda que el uso de casco sea obligatorio para ellos en todo momento.
También, el 41,5% de los encuestados considera que es necesario iluminar los pasos de peatones y un 24% sugiere prohibir que los peatones circulen por vías convencionales durante la noche. Estas propuestas, junto con una mayor concienciación de los conductores y la adopción de hábitos responsables, podrían marcar una diferencia significativa en la reducción de accidentes nocturnos.