
Una de las escenas más trepidantes de Minority Report es la huida de John Anderton (Tom Cruise) saltando sobre los coches autónomos en marcha que circulan por la autopista futurista de un Washington ambientado en 2054. La conducción automática ha sido un elemento recurrente en la ciencia ficción: ya en 1953, Isaac Asimov escribió Sally, un cuento en el que existen desguaces para coches autónomos retirados y los vehículos de conducción manual han sido prohibidos. Lo que ningún autor de ciencia ficción pudo predecir fue el surgimiento de un empresario como Elon Musk, ni sus planes para los coches autónomos de su compañía Tesla: el dueño de SpaceX quiere que estos vehículos puedan ser alquilados por la firma o sus propios dueños para ser utilizado por otros usuarios.
La idea de Elon Musk es que su flota de coches autónomos funcione como una combinación entre Airbnb y Uber. Así lo indicó la semana pasada durante la conference call con sus inversores con motivo de la publicación de los resultados del primer trimestre de 2024. En ella, Musk indicó que Tesla operará la flota de coches autónomos, parte de la cual será propiedad de usuarios finales (end-user, en inglés). Tesla permitirá alquilar sus vehículos autónomos, incluidos los de los usuarios finales cuando no los utilicen, si bien éstos tendrán la opción de determinar las condiciones del alquiler.
Según explicó Musk, "los usuarios finales podrán añadir o sacar el coche de la flota cuando quieran, y podrán decidir si quieren que su coche solo sea empleado por sus amigos, familia o por usuarios de cinco estrellas exclusivamente". Además, el dueño de la antigua Twitter señaló que los dueños de estos vehículos podrán alquilar el coche a otro usuario que pueda conducirlo el tiempo que el titular no lo esté utilizando, "como en Airbnb". Así, "podrías alquilar tu habitación de invitados, cuando quieras", agregó Musk.
El objetivo de este plan es entrenar el modelo de IA que opera en el sistema de autoconducción de Tesla, cuya última versión es el FSD (Full-Self-Driving, en inglés) 12.3. Este tipo de tecnología necesita funcionar continuamente para detectar los fallos, corregirlos y adoptar las decisiones correctas. Así es como funcionan otros algoritmos, como los de Google, YouTube o ChatGPT: cuanto más se utilicen, más datos procesan, incrementando así su eficiencia. Por ello, si un usuario utiliza el coche autónomo de Tesla los fines de semana, a la firma le interesa que ese vehículo pueda ser empleado por otros conductores ya que, de esa forma, su sistema de autoconducción mejorará.
Parece que Elon Musk sabe que los coches pasan aparcados más del 90% de su tiempo, un factor que puede afectar al desarrollo de la tecnología de Tesla. Sin embargo, el magnate sudafricano tiene un plan paralelo. Dado que los coches autónomos requieren un nivel tecnológico muy elevado para su funcionamiento, Musk quiere que, cuando no sean utilizados, estos vehículos puedan emplear sus chips para otras tareas. "Como Amazon Web Services", indicó el director ejecutivo de Tesla.
Por otro lado, el empresario parece haber encontrado un modelo de negocio interesante en el contexto actual. El cambio climático ha empujado a numerosas ciudades a incrementar los espacios verdes y aumentar los kilómetros de carril bici, modificando las formas de desplazamiento, y provocando un incremento de la compartición de vehículos que no se le escapa a Elon Musk. Así, en 2023, BlaBlaCar registró un incremento del 7% de su actividad en España, firmando un nuevo récord de usuarios. Esta tendencia va en aumento, y datos de Fleet Europe señalan que el número de estos pasajeros llegará a los 269,4 millones en 2027, una cifra superior a los 123,4 millones de 2022.
Resta saber si este proyecto de Tesla saldrá adelante o fracasará como ocurrió con el hyperloop. Lo que es seguro es que el sistema de autoconducción de la firma es, para Elon Musk, el elemento clave para la firma, hasta el punto de afirmar que si alguien está pensando en adquirir acciones de la empresa, "deben conducir el FSD 12.3", de lo contrario "es imposible entender a la compañía". En este sentido, Musk indica que están reforzando el "elemento autónomo en el automóvil". Por ello, abordar la estrategia de Tesla como si fuera un fabricante de coches tradicional es, para el dueño de SpaceX, erróneo. "Es como si me preguntas sobre los futuros carruajes de caballos que estás haciendo. Me quedo como: bueno, realmente no necesitan un caballo. Ese es el punto".
Por el momento, la firma tiene claro que, para que su división automovilística pueda seguir operando con éxito, es preciso establecer precios más asequibles. Así lo indicó en la publicación de los resultados del primer trimestre de 2024, en los que comunicó que Tesla tiene el objetivo de "actualizar nuestra línea de modelos para presentarlos antes de comenzar a producirlos en la segunda parte de 2025". Si bien la compañía sufrió la mayor caída de ingresos en 12 años, el anuncio de coches más baratos le ha llevado a registrar una subida en bolsa superior al 27% en las últimas cinco sesiones.